INCENDIOS

Portugal intenta reponerse de otra oleada mortal de fuegos

Vista general del campo arrasado por el fuego en la localidad portuguesa de Panoias
photo_camera Vista general del campo arrasado por el fuego en la localidad portuguesa de Panoias

El presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, advierte al Gobierno de que es imperativo "un nuevo ciclo"

Las localidades afectadas por los devastadores incendios que desde el domingo arrasaron miles de hectáreas en Portugal intentan reponerse de una tragedia de grandes dimensiones a nivel humano, con 41 fallecidos, pero también de importantes proporciones ambientales. Esta nueva cifra, con cuatro víctimas mortales más que en el último balance oficial, se produce después de que se hayan encontrado más cuerpos y de que una mujer falleciese en el Hospital de Coimbra, explicó la portavoz, Patrícia Gaspar. Además, el último balance oficial cifraba en 71 a los heridos causados por la ola de incendios, que incluyó más de 500 fuegos el pasado domingo en todo el territorio portugués.

Uno de los ejemplos de esta tragedia es el distrito de Guarda y el Parque Natural Sierra de Estrela, donde la naturaleza es una de las riquezas y atractivos turísticos de esta zona, próxima a la provincia de Salamanca. Quien viaja hoy por la carretera que une las localidades de Almeidinha, Gagos, Monteiros, Pousade y Guarda recorre decenas de kilómetros con un paisaje monótono, totalmente ennegrecido y devastado por las llamas, que finalmente lograron extinguirse a primera hora de ayer gracias a las lluvias caídas durante la noche.

"Con tantos fuegos que tuvimos, los bomberos no podían estar en todos", asegura João Carlos Pires, vecino de Monteiros, una localidad del entorno de la ciudad de Guarda que la noche del domingo al lunes se vio cercada por las llamas. "Era como si el fuego nos atacara una y otra vez", ya que "se apagaba un frente y venía otro", relató.

El refuerzo de la población

También Paulo Sequeira, comandante de los bomberos de Guarda, un parque con 120 efectivos voluntarios y cinco agentes profesionales, explicó las dificultades de hacer frente a una tragedia de tales dimensiones. Sequeira está orgulloso del trabajo desarrollado junto con la población, "nuestro mejor refuerzo", ya que los vecinos aportaron su maquinaria para evitar que el fuego llegara a los pueblos. El miedo fue la constante entre los habitantes de los pueblos afectados, como señaló Andrea Lages, dueña del único bar de Monteiros, quien aseguró que la del domingo fue "una noche de infierno. Las personas en la calle no sabían hacia dónde huir, iban de un lado a otro", recordó.

Mientras los vecinos se recuperan del susto, numerosos operarios intentan restablecer servicios básicos de telefonía, luz o agua, que dejaron de funcionar por el fuego.

Ayer por la noche también se dirigía al país el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que lanzó un claro mensaje al Gobierno, en el sentido de que es imperativo e inaplazable tomar medidas y "abrir un nuevo ciclo" para que no se repitan tragedias como los incendios que este verano provocaron más de 100 víctimas mortales en el país.

En un discurso a la nación desde Oliveira do Hospital, una de las localidades afectadas por la última oleada de fuegos, el jefe del Estado pidió incluso al Parlamento que aclare si quiere mantener en funciones al Gobierno portugués después de lo ocurrido.

Según el presidente, la situación exige una respuesta "rápida y convincente" y las reformas en materia forestal son "indispensables e inaplazables".n

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