El primer ministro francés, Francois Fillon, rehusó hoy hacer un balance del primer año de la Presidencia de Nicolas Sarkozy porque se debe esperar hasta el fin del quinquenio, y argumentó que no es el momento de los remordimientos o pesares.
Preguntado en la emisora France Info, en víspera del primer aniversario de la elección de Sarkozy al Elíseo, si lamenta ciertas cosas del año transcurrido, dijo que no es su estilo, antes de agregar que sobre todo no es el momento de hacerlo.
Los pesares son para el balance y el balance será al final del quinquenio, insistió el jefe del Gobierno conservador.
Su mayor satisfacción es haber cambiado la naturaleza de los debates en Francia en materias como las horas extraordinarias, la autonomía de las universidades, el servicio mínimo o los regímenes especiales de pensiones, en los que el debate se organizaba en torno a temáticas de izquierdas.
Hemos llevado a los franceses al terreno ideológico que deseábamos y pienso que es una gran satisfacción, afirmó Fillon.
Recalcó que uno de sus orgullos es que cumplen sus compromisos: la hoja de ruta está perfectamente respetada con respecto a la campaña de las Presidenciales y Legislativas de 2007.
Los sondeos indican que Sarkozy es el más impopular de los presidentes de la V República después de casi un año en el cargo (asumió el puesto el 16 de mayo de 2007) y que arrastra en su caída a Fillon, que en los últimos meses era más popular que él.
Cuando se reforma al ritmo actual, es normal que haya las crispaciones que conocemos hoy, argumentó el primer ministro, al señalar que Francia no hizo las reformas necesarias en los últimos 20 años, mientras que muchos de sus socios las efectuaron.
Argumentó que las reformas lanzadas empiezan a dar resultados, pero hace falta más tiempo para cambiar un país como Francia
Los pesares son para el balance y el balance será al final del quinquenio, insistió el jefe del Gobierno conservador.
Su mayor satisfacción es haber cambiado la naturaleza de los debates en Francia en materias como las horas extraordinarias, la autonomía de las universidades, el servicio mínimo o los regímenes especiales de pensiones, en los que el debate se organizaba en torno a temáticas de izquierdas.
Hemos llevado a los franceses al terreno ideológico que deseábamos y pienso que es una gran satisfacción, afirmó Fillon.
Recalcó que uno de sus orgullos es que cumplen sus compromisos: la hoja de ruta está perfectamente respetada con respecto a la campaña de las Presidenciales y Legislativas de 2007.
Los sondeos indican que Sarkozy es el más impopular de los presidentes de la V República después de casi un año en el cargo (asumió el puesto el 16 de mayo de 2007) y que arrastra en su caída a Fillon, que en los últimos meses era más popular que él.
Cuando se reforma al ritmo actual, es normal que haya las crispaciones que conocemos hoy, argumentó el primer ministro, al señalar que Francia no hizo las reformas necesarias en los últimos 20 años, mientras que muchos de sus socios las efectuaron.
Argumentó que las reformas lanzadas empiezan a dar resultados, pero hace falta más tiempo para cambiar un país como Francia