El mercante finlandés Arctic Sea, desaparecido hace dos semanas en aguas del canal de La Mancha con 15 marineros rusos a bordo, fue hallado a 300 millas náuticas (unos 550 kilómetros) de las islas de Cabo Verde, frente a las costas mauritanas. Los tripulantes del buque (que transportaba madera valorada en más de un millón de euros) están sanos y salvos y fueron trasladados ya a un buque ruso, según el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov, quien aseguró que el carguero no estaba secuestrado.
Un buque de guerra ruso localizó ayer cerca de Cabo Verde al barco mercante finlandés Arctic Sea, desaparecido desde finales de julio, y rescató a su tripulación rusa, informó el ministro de Defensa de Rusia, Anatoli Serdiukov. El Arctic Sea fue hallado a unas 300 millas (unos 550 kilómetros) de las islas de Cabo Verde, informó el ministro al presidente ruso, Dmitri Medvédev, y añadió que el barco de carga no estaba secuestrado, como se temía, según informó la agencia Interfax.
Serdiukov indicó que la tripulación del barco mercante, integrada por 15 marineros rusos, fue trasladada al buque de guerra Ladny, y estaba siendo interrogada para esclarecer lo ocurrido desde finales de julio, cuando se perdieron sus pistas del Arctis Sea. Los marineros rusos están sanos y salvos, y no se encontraban bajo control armado, dijo el ministro en alusión al posible secuestro.
Petición de rescate
La Policía de Helsinki informó el pasado sábado de que unos desconocidos habían pedido rescate por el barco mercante, propiedad de la compañía finlandesa Solchart Management.
El Arctic Sea, de bandera maltesa, navegaba con un cargamento de madera desde Gibraltar hasta el puerto argelino de Bejaia, adonde tenía previsto llegar el 4 de agosto, pero el 28 de julio se perdió toda comunicación con él. Cuatro días antes de su desaparición el barco estuvo retenido durante doce horas cerca de una isla sueca en el mar Báltico por unos desconocidos enmascarados que se acercaron en una lancha y se presentaron como agentes de policía.
Los desconocidos, que no mostraron documentación alguna, ataron a los tripulantes del barco y durante largas horas buscaron algo en la bodega, sin aparentemente encontrar nada, tras lo cual liberaron a los marineros y abandonaron el Arctic Sea.
En el incidente, que se conoció con retraso, según algunos medios resultaron heridos tres marineros, y los desconocidos, antes de abandonar el barco, inutilizaron sus equipos de comunicaciones y pudieron haber desmontado su Sistema Automático de Identificación naval.
Estos misteriosos hechos han hecho a la prensa hablar de un posible acto de piratería o de contrabando, o bien incluso de una eventual operación de los servicios secretos de algún país en relación con la enigmática carga del Arctic Sea.
De hecho, la semana pasada la Comisión Europea aseguraba que el barco había sido objeto de dos ataques, aunque descartaba que hubiera sido víctima de una acción de piratería tradicional.
Las autoridades británicas habían expresado sus sospechas de que los piratas pudiesen estar detrás de la desaparición, ya que el barco transportaba madera por valor de más de un millón de euros.
Serdiukov indicó que la tripulación del barco mercante, integrada por 15 marineros rusos, fue trasladada al buque de guerra Ladny, y estaba siendo interrogada para esclarecer lo ocurrido desde finales de julio, cuando se perdieron sus pistas del Arctis Sea. Los marineros rusos están sanos y salvos, y no se encontraban bajo control armado, dijo el ministro en alusión al posible secuestro.
Petición de rescate
La Policía de Helsinki informó el pasado sábado de que unos desconocidos habían pedido rescate por el barco mercante, propiedad de la compañía finlandesa Solchart Management.
El Arctic Sea, de bandera maltesa, navegaba con un cargamento de madera desde Gibraltar hasta el puerto argelino de Bejaia, adonde tenía previsto llegar el 4 de agosto, pero el 28 de julio se perdió toda comunicación con él. Cuatro días antes de su desaparición el barco estuvo retenido durante doce horas cerca de una isla sueca en el mar Báltico por unos desconocidos enmascarados que se acercaron en una lancha y se presentaron como agentes de policía.
Los desconocidos, que no mostraron documentación alguna, ataron a los tripulantes del barco y durante largas horas buscaron algo en la bodega, sin aparentemente encontrar nada, tras lo cual liberaron a los marineros y abandonaron el Arctic Sea.
En el incidente, que se conoció con retraso, según algunos medios resultaron heridos tres marineros, y los desconocidos, antes de abandonar el barco, inutilizaron sus equipos de comunicaciones y pudieron haber desmontado su Sistema Automático de Identificación naval.
Estos misteriosos hechos han hecho a la prensa hablar de un posible acto de piratería o de contrabando, o bien incluso de una eventual operación de los servicios secretos de algún país en relación con la enigmática carga del Arctic Sea.
De hecho, la semana pasada la Comisión Europea aseguraba que el barco había sido objeto de dos ataques, aunque descartaba que hubiera sido víctima de una acción de piratería tradicional.
Las autoridades británicas habían expresado sus sospechas de que los piratas pudiesen estar detrás de la desaparición, ya que el barco transportaba madera por valor de más de un millón de euros.
