CON LOS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA

Con Salinas de Gortari ¿cuándo se jodió el PRI?

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photo_camera Alfonso S. Palomares durante el encuentro con Carlos Salinas de Gortari en el palacio de la Presidencia de México.

Vargas Llosa calificó el régimen mexicano como una dictadura perfecta, se refería a los tiempos del PRI que gobernó con poderes casi absolutos durante setenta años

 

La primera vez que iba a ver al presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari la visita estaba programada para un desayuno a las ocho y media de la mañana en su residencia de Los Pinos. Tenía prevista la llegada el día anterior, pero el avión se retrasó por una desaforada tormenta tropical en Miami y tuve que dormir en la bella ciudad norteamericana del Caribe. Lo sentí porque se había frustrado una cita que consideraba importante, entre otras cosas porque Salinas de Gortari estaba considerado como uno de los presidentes más inteligentes y brillantes de toda la historia mexicana. Desde el aeropuerto de Miami llamé al gabinete presidencial para contarles mi desventura y lamenté mi fallo, mejor dicho el falló del avión. El que me atendió después de una telefonista amabilísima, no sé qué jerarquía ocuparía en el gabinete, pero hablaba con tono de autoridad, dijo que no me preocupase, que buscaríamos otro momento, me preguntó en qué hotel me hospedaba en ciudad de México y dijo que me dejaría en conserjería la hora de una nueva cita. Así fue, cuando llegué al día siguiente al hotel había una nota de la presidencia de la Republica en la que se me citaba a la misma hora dos días después. Respiré tranquilo. Al presidente, ya le conocía por la multitud de fotografías y fotogramas televisivos, tenía una mirada penetrante e inquieta, menudo y de movimientos fáciles, sonriente. Peso físico ligero y político denso. Sabía escuchar y quería saber cómo llevaba el país su amigo Felipe González.

salinas002-¿Cree que la democracia en España está definitivamente asentada después del susto de Tejero?, preguntó.

-Hoy nadie lo duda, incluso los franquistas y falangistas más radicales han renunciado a cualquier reivindicación de una vuelta al pasado. Los pocos nostálgicos que quedan se dedican a cultivar pimientos en el paraíso perdido. 

-Esta bien eso de pimientos ¿Y el ejército?

-Fue en el ejército en donde se produjo el cambio más profundo. Tenemos un ejército absolutamente demócrata y entregado a la causa.

-Cómo sabe aquí nunca reconocimos la dictadura franquista, en cambió fue el país donde más españoles llegaron después de la guerra civil. La mayoría de los intelectuales buscaron refugio entre nosotros y no solo encontraron refugio, también facilidades y ayudas para emprender una nueva vida. La cultura mexicana debe mucho a los intelectuales españoles. Ahora, algunos han regresado a España, otros se han quedado, pero pueden ir a visitarla. Tenemos mucha información gracias a ellos. Desde luego lo que llaman transición ha sido ejemplar, muchos países sudamericanos la toman como modelo y referencia.

En otro momento hablamos porque me recibía sin esperas. Los periodistas, dijo, tienen interés en hablar con los políticos y más si son presidentes, pero en ocasiones son los presidentes los que se interesan en hablar con los periodistas. Yo por ejemplo tengo interés en hablar con usted y le voy a decir por qué: En un informe que me han elaborado mis ayudantes dicen que el 56% de las noticias que salen de México hacia el extranjero circulan a través de Efe y que también Efe encabeza la lista de las agencias extranjeras que más publican en México. Le comenté que ese era también el resultado de nuestros análisis.

Aproveché la ocasión para regalarle una medalla conmemorativa de los primeros cincuenta años de la vida de la agencia. Era una medalla creada y gravada por el gran escultor y pintor Vaquero Turcios. La analizó con una gran curiosidad y brillante discurso analítico a la hora de interpretarla. Por una cara se ve a un hombre intemporal concentrado en la lectura de un periódico con una inscripción que dice: “Efe, el mundo en español”. Es cierto esto, un idioma es una forma de ver y sentir el mundo, nosotros lo conformamos con nuestra visión en español. Qué México sea el país con mayor número de hispanohablantes no es baladí. El idioma fue clave para acoger a los españoles de que antes hablamos, con otro idioma eso sería imposible. La otra cara de la medalla representa situaciones con un toque de dramatismo que representan noticias y en la parte de abajo una máquina de escribir pone Efe. Se supone que esa máquina está contando al mundo lo que está sucediendo en la parte de arriba.

Me preguntó cuántos periodistas teníamos para cubrir la información de México. Unos catorce en la redacción central, pero aparte tenemos colaboradores en las grandes ciudades y cuando ocurre algún acontecimiento nos ponemos en contacto con ellos o va alguien de la redacción central, los que trabajan en esos lugares suelen ser periodistas de medios locales. Le pareció una buena idea y me lo dijo. Pasamos a hablar de tecnología, un tema candente en aquel 1990 cuando uno de los grandes asuntos del discurso era hasta donde llegaría lo que llamábamos nuevas tecnologías de la comunicación. Presentíamos que estábamos entrando en un caos cósmico que supondría un cambio profundo en los modos de comunicar, tanto que el periodismo se iba a convertir en un determinismo tecnológico. Llamando a todas las puertas estaban  los móviles con todo su potencial de aplicaciones. La revolución de Internet empezaba entonces y todavía sigue pujante y no sabemos dónde terminará, si es que termina o da otro nuevo salto. De momento sabemos que hasta ahora su presencia ha provocado una crisis profunda en el sector, pero ese es otro tema. 

En principio, dijo Salinas, los progresos son buenos, si sabemos controlar sus consecuencias. Lógicamente estábamos de acuerdo. Le comenté que estábamos haciendo grandes inversiones en ese campo. Los satélites serían las grandes autopistas que trasladarían las noticias de una parte a otra del mundo. La instantaneidad es la nota dominante de la comunicación, se ha superado el espacio y el tiempo.

Me asaltó el pensamiento el recuerdo dramático de un episodio de su niñez, me lo habían contado con los datos de la certeza, al principio pensé comentárselo, pero consideré que sería demasiado duro para él recordarlo y no lo hice, al fin y al cabo, se trataba de una visita de cortesía como presidente de una institución, no de una entrevista periodística. Sucedió cuando Carlos tenía solo cuatro años, su hermano Raul seis y Gustavo Zapata ocho. Estaban entregados a los juegos de la guerra con un rifle calibre 22, la mala suerte fue que un disparo alcanzó de muerte a la jovencita salinas003Mamala de 12 años que prestaba servicio en la casa. No era el momento de hablar de algo que los años habían cubierto con un sudario de silencio. En cambio había un tema que consideré oportuno comentar, aunque tampoco era agradable para Carlos Salinas, pero de manera distinta. Le pregunté por las elecciones del 6 de julio de 1988 y por las sospechas de fraude que dejaron, convirtiéndose en las elecciones más polémicas de la historia reciente de México. La noche de la elección, la Comisión Federal Electoral por medio del Secretario de Estado de Gobernación, Manuel Bartlett, interrumpió el recuento cuando llevaban escrutadas un importante número de papeletas. Una hora después se presentaron en la Secretaria Gubernamental los candidatos de la oposición Cuahtemoc Cárdenas, Manuel Cloutier y Rosario Ibarra denunciando la ilegalidad. El rodillo del PRI no escuchó las protestas y dio los resultados a los dos o tres días, que fueron: 50% para Salinas de Gortari y ya lejos un 31% para Cárdenas. No hubo posibilidad de recontar las papeletas porque fueron destruidas por orden de la Cámara de Diputados. A Salinas de brillaron los ojos y puso una pasión intensa al desmentir las sospechas de fraude. Dio varias razones. No insistí en llevar más lejos el debate, ya dije que se trataba de una visita de cortesía y no pensaba publicar nada de ese encuentro. Acepté con naturalidad sus explicaciones, pero ahora tengo que decir que las sospechas de fraude todavía pesan en mi recuerdo. La verdad, a pesar de la habilidad y la inteligencia de Gortari, esa duda pesó sobre toda la legislatura. En "Conversación en la Catedral", la gran novela de Vargas Llosa, se preguntaba Zabalita: ¿En qué momento se había jodido el Perú? Vargas Llosa calificó el régimen mexicano como una dictadura perfecta, se refería a los tiempos del PRI que gobernó con poderes casi absolutos durante setenta años y parecía destinado a gobernar por toda la eternidad. Por eso cabe la misma pregunta: ¿En qué momento se jodió el PRI? Yo creo que comenzó a joderse cuando proclamaron a Salinas presidente de México en unas elecciones fraudulentas. No se lo dije, por supuesto. Oyendo a la calle me daba cuenta que mucha gente estaba cansada del PRI. Demasiados años en el poder. La monotonía que genera el permanente ejercicio del poder había dejado al PRI sin respuestas a las demandas sociales y económicas que se estaban planteando.

Al despedirme me preguntó de donde era. Le dije que de Ourense en Galicia. ¿De ahí también es Mario Vazquez Raña? Sí, somos de pueblos cercanos. Esta noche cenaré con él. Dele recuerdos, es gran amigo mío. Mío también. 

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