ECONOMÍA

La UE vuelve a estar en la agenda alemana

<p></p>
photo_camera Merkel y Emmanuel Macron, en su encuentro en el Elíseo de París.

El pacto de gobierno CDU, CSU y SPD va mucho más allá de Alemania, por lo que España también deberá estar atenta a su aplicación. El fondo de rescate podría quedar en manos de Bruselas y no de los gobiernos.

La Unión Europea vuelve a estar en la agenda de Alemania, lo cual tampoco quiere decir que esté asegurada una etapa al estilo de los tiempos de Helmut Kohl, cuyo principal valor europeísta fue el Tratado de Maastricht, que marcó durante muchos años la mayor etapa de integración europea.

Arranca, pues, una nueva era y habrá que ver si Angela Merkel y Emmanuel Macron –a priori en buena sintonía– alcanzan los éxitos de Helmut Kohl y François Mitterrand. Lo que sí es evidente es que el pacto de gobierno CDU, CSU y SPD va mucho más allá de Alemania, por lo que España también deberá estar atenta a su aplicación.

La democristiana Angela Merkel y el socialdemócrata Martin Shulz proponen que la Unión Europea utilice su poder político para crear paz en el exterior y proyectar prosperidad en el interior. Y una de sus advertencias tiene especial interés para España: “Estamos unidos en el rechazo claro al proteccionismo, aislacionismo y nacionalismo”.

Berlín tiende la mano a París –“la renovación de la UE solo tendrá éxito si Francia y Alemania suman fuerzas”– y sigue las propuestas del presidente francés, Emmanuel Macron, para la eurozona. De hecho, vienen de camino un presupuesto para la zona euro y una mayor aportación de Alemania al presupuesto común. Además, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate, podría quedar en manos de Bruselas y no de los gobiernos. Ahora bien, no hay garantías de que una propuesta conjunta franco-alemana para la zona euro sea aceptada por todos los miembros de la UE, especialmente por aquellos países donde se pagan menos impuestos.

En el punto de mira de Angela Merkel y Martin Shulz, que aún debe convencer al SPD de manera definitiva, también están las nuevas multinacionales de Estados Unidos, ya que el acuerdo exige “una fiscalidad justa para las grandes empresas, especialmente, para las empresas de Internet como Google, Apple, Facebook o Amazon”. En el fondo, estas compañías son la envidia de Alemania, donde cuesta asimilar que no tengan en internet una sola empresa de ese nivel. Tal vez por ello, entre otras razones, Alemania se propone invertir el 3,5% de su PIB en Investigación y Desarrollo.

A la inmigración se le ponen números desde Berlín, con un máximo de entre 180.000 y 200.000 refugiados al año, incluyendo a los que tienen protección subsidiaria, los reasentamientos y la reunificación familiar. Pero en el acuerdo no se dice qué sucederá si esas cifras no son realistas y se ven superadas con creces. De puertas adentro, la estructura federativa alemana se compone de 16 Estados o länder y un poder federal o Bund. Los länder no son meras provincias, sino auténticos Estados con soberanía originaria. Tienen su propia constitución, que solo está delimitada por los principios del Estado de Derecho republicano, democrático y social.

También ahí habrá tensiones, del mismo modo que entre Alemania y sus socios del euro y el resto de países de la UE. El sistema federal no está exento de críticas, sobre todo desde la reunificación, cuando se integraron en la estructura alemana zonas económicamente deprimidas, a las que otras, como Baviera, no desean financiar de manera indefinida, a modo de eternos pagadores. Y es que cuando se habla de dinero, las amistades se quedan al margen. Por eso los cálculos financieros entre el Estado federal, los estados y los municipios siempre son controvertidos.

@J_L_Gómez

Te puede interesar