El resto de la oposición los rechazó y critica que no se especifiquen las partidas consensuadas
Tal y como se esperaba, el pleno de ayer en Carballiño aprobó los presupuestos del 2017, por importe de 9,8 millones de euros, con el voto favorable del concejal de Alternativa Veciñal y el de calidad del alcalde socialista. Los restantes grupos PP, BNG y el concejal no adscrito rechazaron la propuesta coincidiendo los portavoces en algunas argumentaciones. Por un lado, reprocharon la falta de documentación, señalando el nacionalista Xosé Francisco Ferreiro que ni tan siquiera se incluyeron los anexos relativos a inversión y de personal, mientras está todavía pendiente de cerrar las negociaciones con los sindicatos para aprobar la Relación de Puestos de Trabajo. Eso mismo, argumentaba el popular Argimiro Marnotes.
Por otro lado, el concejal no adscrito, Marco Reboredo, matizaba que no podía aprobar un presupuesto porque, pese a las negociaciones que mantuvo con el alcalde, la propuesta presupuestaria no contempla partidas específicas para ejecutar las actuaciones que le había planteado, como una reforma integral de la Casa da Cultura o la creación de una pista de atletismo. El edil indicó que se había sentido engañado cuando para la referida instalación deportiva el gobierno local le propuso una zona verde.
Xosé Francisco Ferreiro, al igual que Reboredo, insistieron en que no podían aprobar un presupuesto que iba a incluir propuestas de Alternativa Veciñal mediante modificaciones posteriores y sin saber de qué partidas se sacará el dinero. "Se hai unha negociación previa debería quedar reflexada neste documento, eu non vou facer un voto de fe", matizaba Ferreiro.
El portavoz de Alternativa Veciñal, Bernardo García, daba su voto a favor, basándose en el compromiso escrito del alcalde para municipalizar la Recaudación, empezando con un 75% de los cobros; también para poner en marcha una emisora de radio municipal, completar las aceras en la Avenida del Parque, además del acondicionamiento de varias calles.
Marnotes rechazaba la ubicación de la emisora en el Concello porque su grupo lleva año y medio sin local, al mismo tiempo que defendía que la recaudación fuese asumida por la Diputación, mientras se iniciaba el proceso de municipalización que no se podría realizar de un año para otro.
