O CARBALLIÑO

En Carballeda quieren más misas

photo_camera El párroco de Carballeda, Luis Cachaldora Gayo, a su llegada al templo.

Feligreses que apoyan al sacristán afirman que el cura ha dejado de decir misa en la iglesia parroquial, mientras el sacerdote insiste en que hay grietas y que los cultos se repartirán con O Reino

En la parroquia de Carballeda, en el municipio de Piñor, ha surgido la polémica en torno al cura, Luis Cachaldora, que lleva ejerciendo de párroco desde hace aproximadamente siete meses. El obispo, Monseñor Leonardo Lemos, afirma que el padre Luis está haciendo las cosas muy bien y que "el pueblo de Dios está contento con él", atribuyendo el malestar que algunos feligreses han transmitido a este periódico a un problema personal por parte del sacristán y de "un grupo de amigos que no están de acuerdo con el cura".

La polémica se ha hecho pública a raíz de los acontecimientos del pasado domingo, cuando el sacerdote no abrió la iglesia, informando a los asistentes que había grietas y que estaba a la espera de que los técnicos de Patrimonio inspeccionasen la estructura. Así que bendijo los ramos, presidió la procesión y dio la comunión, todo al aire libre, pero sin celebrar la misa.

Eso enfadó a algunos feligreses, quienes aseguran que "la iglesia no tiene grietas, lo que sucede es que hace aproximadamente un mes que no dice misa en Santa María de Carballeda, que es la iglesia parroquial, y lo hace en la capilla de O Reino", indicaban Marisol Vega, reivindicando la relevancia del templo parroquial sobre la capilla de la Milagrosa de O Reino. Lo mismo opina Manuel Rodríguez, quien señalaba que "no nos dejó entrar en la iglesia -refiriéndose al Domingo de Ramos- y con el frío que hacía alguna señora mayor tuvo que refugiarse en un coche".

Ambos feligreses apuntan que el cura cambió la llave de la iglesia y de la rectoral, que hasta ahora estaba en poder del sacristán, "un hombre que ha hecho mucho bien por la parroquia porque se encargaba de todo, desde la limpieza a reparaciones, todo lo que hacía falta".

El sacristán, Etelvino Lorenzo, manifestaba que "desconozco por qué no dice misa en Carballeda" y en relación al cambio de cerradura en la iglesia, matiza que "todo se debió a que asistí invitado a la boda del anterior cura el pasado 13 de febrero, que lo dejó para casarse, y le entregué las llaves a un vecino de toda confianza para que abriera la iglesia y por eso se enfadó y cambió la cerradura". Añade Etelvino que él nunca ha cobrado nada por el trabajo realizado y que "en los 25 años que llevaba de sacristán nunca he tenido problemas, jamás he cobrado, y siempre lo hacía únicamente por fe".

El padre Luis acudía ayer por la tarde a la iglesia de Carballeda para el Precepto Pascual, y aseguraba que no quiere polémicas. El sacerdote afirma que intenta hacer las cosas "como manda la Iglesia y la Diócesis", y refiriéndose a las grietas detectadas en el templo, afirma "yo soy el responsable de la iglesia y no podía correr riesgos", por cuyo motivo impidió el acceso a los feligreses por temor a que se produjesen desprendimientos y a la espera de que fuese inspeccionada la estructura.

Añadía que los técnicos ya han comprobado que no hay peligro, pero que con el buen tiempo será necesario hacer un estudio para ver si se realizan obras. Matiza que como responsable, a él le corresponde tener las llaves y que la iglesia nunca estuvo cerrada, ya que únicamente se impidió el acceso por precaución. Y una cosa quiso también dejar muy clara, que con nueve parroquias a su cargo, repartirá los cultos entre Carballeda y O Reino, por respeto a los numerosos devotos que asisten a esa capilla.

Las vecinas que esperaban ayer tarde para entrar en la iglesia le apoyaban, incluso se emocionaron al preguntarles si estaban contentas con el párroco, respondiendo con un contundente sí.

Las dos feligresas, que no quisieron dar a conocer sus nombres, reconocían, no obstante, que no se celebraban todos los cultos religiosos, pero lo disculpaban porque "tiene muchas parroquias, pero siempre cumple con todas".

El obispo también defiende al sacerdote, asegurando que "hice una visita pastoral y conozco la realidad de esa parroquia", añadiendo que "la gente que va a misa estaba feliz con él, salvando algunas personas".

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