El propietario de una tapería de Carballiño rechazó una conciliación judicial con la entidad, que le reclama dos años 'por unha televisión que só emite deportes e documentais, nunca música'

La SGAE negocia los atrasos de cuotas con los hosteleros

Los bares abonan una cuota por emitir imágenes y música. (Foto: Marcos Atrio)
La propiedad de un negocio de hostelería está sujeta a muchas cargas, entre ellas la cuota que se debe abonar a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) por el mero hecho de tener encendido un aparato de televisión, radio o música para deleite de los clientes. Ello supone un gasto medio trimestral entre los 45 (un monitor) y los 75 euros (si además funciona un reproductor de música), unas cantidades que en muchos casos los hosteleros se niegan a pagar.
Y los inspectores de la entidad aparecen y toman datos, a veces, erróneos. Así fue como Víctor Fernández, gerente de una tapería ubicada en el centro de Carballiño, recibió en septiembre de 2008, seis meses después de su apertura, una carta de la SGAE 'na que me comunicaban que debía pagar por unha televisión e un equipo de música', unos 600 euros. Este hostelero alegó que 'nunca tiven tal equipo, e dispoño dunha televisión cara ó público na que só se emiten programas informativos, deportes e documentais, ós que estou suscrito ó traverso de plataformas televisivas'.

Tras una nueva inspección, en octubre del mismo año, la representante de la Sociedad de Autores registra que en el local 'se estaba emitiendo un programa del canal Natura'. Otra comunicación de la entidad insta a Víctor Fernández a abonar una tasa de derechos de autor por la televisión, y le invita a un acto de conciliación en el Juzgado de Instrucción de Carballiño, el pasado 18 de junio. 'Eu negueime a firmar nada, xa que non estou a infrinxir normativa algunha (unha media de 50 clientes poden corroboralo) e calquera inspector pode visitar a tapería para comprobalo', indicó el titular.

Según indicaron fuentes de la SGAE, 'normalmente se intenta negociar la deuda, de forma que el pago resulte poco gravoso para el hostelero, siempre que firme el contrato que le liga con la sociedad y pague las cuotas desde ese momento'. Una cafetería de la villa debía 1.000 euros y le fueron condonados, si bien una discoteca tuvo que abonar (tras una inspección) 6.000 euros por seis monitores de televisión (tenía declarado uno). Víctor Fernández considera que 'é un imposto revolucionario'.

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