Las obras incluyen un nuevo pavimento, jardines e iluminación en Barral

El entorno de la feria de Castrelo se moderniza

Obras de instalación eléctrica para el alumbrado, ayer, en Barral de Castrelo. (Foto: MIIGUEL ÁNGEL)
La novena edición de la feria y mercado de Castrelo de Miño, correspondiente al mes de septiembre, mostrará a vecinos y visitantes un entorno más moderno en el recinto de la localidad de Barral, en las inmediaciones del Club Náutico de Galicia. El grupo de gobierno del Concello promueve una transformación de la zona que, cada último domingo de mes, reúne a cientos de personas en un mercado de artesanía y productos agroalimentarios en el que tampoco falta el componente gastronómico.
Las obras de mejora de este área comercial contemplan la urbanización del tramo comprendido entre la Casa do Concello y el campo de la feria, a orillas del río Miño, con la incorporación de un nuevo pavimentado en aceras y plazas, dotación de jardines y plantación de arbustos, además de una iluminación más acorde con el paraje natural. 'Tan só faltan uns pequenos detalles de decoración, pero penso que a execución do proxecto estará finalizada no mes vindeiro', apunta el teniente de alcalde de Castrelo, Alfredo Fernández. Ayer mismo, un grupo de operarios se dedicaba a la instalación de cableado subterráneo para la conexión de las nuevas farolas, en la avenida del Consistorio local.

El Concello había solicitado una ayuda económica a la Consellería de Industria e Comercio para acometer los trabajos de acondicionamiento, y recibió una cantidad aproximada de 70.000 euros, que debe ser justificada 'ó traverso das certificacións pertinentes nesta anualidade', indica el regidor en funciones del municipio.


PUESTOS

La feria mensual de Barral fue puesta en marcha por iniciativa del alcalde, el nacionalista Xurxo Rodríguez, en diciembre de 2009, y está considerada por los expertos como la más importante de la comarca de O Ribeiro, teniendo en cuenta la presencia de visitantes. Unas carpas habilitadas por el propio Concello acogen un centenar de puestos de venta de cerámica, cuero, bisutería, ropa y otros complementos; vino, pan, miel, queso, hortalizas y legumbres, así como productos necesarios para el tratamiento de los terrenos (abonos y sulfatos, entre otros). Además, cada jornada ferial siempre guarda una sorpresa atractiva.

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