ENTREVISTA

"La adicción a los juegos irá a más en un futuro"

Ourense. 06-09-13. Local. Gerardo Flores de Conductas Aditivas.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Gerardo Flores

La unidad de conductas adictivas interviene en los casos más graves.

El responsable de la primera unidad de conductas adictivas que se crea en Galicia dentro del Sergas, situada en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), Gerardo Florez Menéndez, considera que la adición a los  juegos de azar va crecer en los próximos años. "Hoy hay múltiples juegos a los que se puede apostar en internet y esto va a crear mucha más adición", aseguró, recordando que en muchos de esos juegos se están realizando apuestas sin ningún tipo de control.


Pero el trastorno de la ludopatía ya está aquí, dado que por su consulta pasan una media de entre 40 y 50 personas que buscan tratamiento para abandonar definitivamente la adición. "Los hay que lo consiguen, pero como en otras adiciones, también tenemos recaídas, personas que abandonan el tratamiento y se enganchan de nuevo al juego", lamentó.


Y el trastorno no entiende de edades ni de sexos, dado que por su consulta pasan hombres y también mujeres. Tampoco hay un perfil dado que se pueden ver jóvenes y  no tanto. "Hay gente que se da cuenta y solicita ayuda y otros llegan cuando ya están en situación grave, con apuros económicos,  grandes deudas y arruinados", aseguró, recalcando que en la provincia también puede haber muchas personas que sufren ludopatía y "que no piden ayuda".


Para salir de la situación, lo fundamental es seguir el tratamiento de este psiquiatra del CHUO y poner voluntad.  Este médico hacía una llamamiento a todas las personas que  se den cuenta del problema a que  se atrevan a solicitar ayuda a un profesional. La consulta es totalmente confidencial y, salvo que el paciente lo desvele, nadie conocerá su patología y trastorno.


Juan Salgado Fernández estuvo jugando sin control durante 15 años, en los que llevó una doble vida, ocultando lo que apostaba a sus familiares, incluida su pareja. "Tenía trabajo y una situación económica estable que me permitía jugar de vez en cuando", afirma. 


Comenzó con las tragaperras pero pronto llegaron las casas de apuestas, hasta que "prácticamente lo perdí todo, incluida mi pareja", añade. En la actualidad, tras pasar por las manos de un profesional, se desenganchó. "Cuesta, pero llevo dos años sin jugar", dijo. 

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