La cuenta atrás ya ha empezado, y con ella las prisas de última hora. Los carteros reales no dan abasto y cada minuto que pasa son más los juguetes agotados.
A falta de escasas horas para la llegada de los Reyes Magos a los hogares de la provincia, los pajes reales recorren juguetería tras juguetería en busca del regalo perfecto para niños y jóvenes. Muchos de esos deseos plasmados en carta ya se han agotado. Es el caso de "los diversos lotes del personaje de dibujos Lady Bug, que se han evaporado ya, y también los correspondientes a la nueva película de los Trolls", señala Begoña Quevedo, responsable de la juguetería Din y Don, en la calle Concordia.
Otro de los productos estrella de estas Navidades son los Hatchimals: "Unos huevos que se van fundiendo y el peluche que está dentro, que puede ser un pingüino o un dragón, va saliendo y después tienes que cuidarlo, es interactivo y está totalmente agotado", dice Begoña Godoy, encargada de la tienda Juguettos de Santo Domingo. Mientras habla, una mujer pregunta por el animalito en cuestión y sale con la misma por la puerta en busca de localizarlo en otro establecimiento. A ver si hay suerte, aunque la desaparición tanto de este juguete como de otros situados en el top cinco de las preferencias infantiles es prácticamente generalizado.
Los Yokai, sin embargo, "se agotaron pero volvieron; de hecho ahora tenemos el reloj, las figuritas con medalla y las electrónicas. Nos llegaron ayer al mediodía y sólo quedan dos", apunta Godoy, que reconoce que ahora es mucha la gente que llega pidiendo un juguete y le tenemos que decir que ya está agotado".
Esto ocurre también con los juegos de mesa, y curiosamente con los clásicos, que son los que más se piden: "Parece mentira, pero el monopoly, el trivial, el pasapalabra... son los más demandados".
Chus López, de Croko Toys, añade otros juguetes a esta lista de preferidos, "los Lego de Star Wars, los Playmobil Policía y los Monster Machines de Blaze, que son unos coches interactivos que se transforman en monstruos de todo tipo y están siendo un boom".
La variedad es infinita, desde un deportivo teledirigido que puede alcanzar los 300 euros a una figurita de plástico de algún personaje de dibujos por algo más de tres euros. De drones a las clásicas casas de madera. Eso sí, hay que darse prisa: "Los gustos de los niños son muy parecidos". Los juguetes se agotan y el tiempo apremia.
