MISIÓN COMERCIAL

Alan Solomont: “El envejecimiento demográfico es una oportunidad"

El empresario y exembajador de Estados Unidos en España visita Ourense para sumarse a la misión comercial

Gesticula despacio, mira con profundidad a su interlocutor, y reserva silencios para lucir una amplia sonrisa diplomática, reflejo quizá de los cuatro años que empleó siendo embajador de Estados Unidos en España, entre 2009 y 2013, y de su actual posición institucional como presidente de la Cámara de Comercio de España en Estados Unidos. Alan Solomont exhibe un sorprendente conocimiento de la sociología española, recién llegado a Ourense de la mano de Manuel Baltar, como colofón a la misión comercial de Estados Unidos que está sembrando oportunidades empresariales entre compañías locales y norteamericanas. “Desde cualquier punto de vista, la valoración de la misión es fantástica”, responde con rotundidad desde un extremo de la sala de la Diputación de Ourense, donde acaba de compartir un madrugador y dominical desayuno de trabajo con el presidente Manuel Baltar.

“Mi prioridad, mientras fui embajador de Estados Unidos en España, fue potenciar los negocios y acuerdos entre ambos países, por eso conseguir que una misión comercial de mi país venga a Ourense ya es un éxito en sí, en el que hay que destacar la labor de la Fundación Advanced Leadership -impulsora de la misión- y, en particular de su presidente, Juan Verde”, dice Solomont girándose hacia el propio asesor político canario, que se embarcó este año en la campaña de Hillary Clinton como uno de sus consejeros. Ambos asisten a la entrevista entre el rigor diplomático y la satisfacción del cierre de una semana de intensa actividad de intermediación, y con la mirada puesta ya en el futuro de las vías comerciales abiertas en las últimas horas.

En su primer contacto con Ourense, a Solomont le ha sorprendido “la existencia de un centro de innovación tan importante”, que sitúa a la ciudad en posición ventajosa en la carrera tecnológica. Sin embargo, a la hora de concretar los sectores de negocio que más le han llamado la atención, menciona en seguida el del vino. “Soy un gran conocedor de los vinos españoles y me sorprende la calidad y diversidad de los vinos de Ourense”, explica el empresario, “los vinos españoles están poniéndose de moda cada vez más en Estados Unidos. Son tan buenos como en cualquier otra parte del mundo, pero algunos incluso pensamos que son mejores que los demás. Son un gran valor y aún no se les conoce mucho. Y tienen muy buen precio. El problema con los franceses o italianos es que no son vinos tan buenos, pero son mucho más caros”. La pasión del exembajador por el vino español no es una pose de habilidad diplomática. “Cuando voy a cualquier restaurante lo primero que hago es ver qué vinos españoles hay”, confiesa. 

Durante la charla Solomont saca a relucir su carácter puramente pragmático hasta en los detalles más insignificantes: “Uno de los mayores importadores de vinos españoles vive en mi ciudad natal, Boston. Es Jorge Ordóñez, y ahora ha empezado a producir, lo que es una buena señal: hablaré con él para ver si tiene vinos de Ourense y, si no los tiene aún, para que empiece ya. La clave está en fortalecer la marca de los vinos españoles en Estados Unidos. Es algo de lo que yo hablé siempre mientras fui embajador aquí”. 

La tercera edad

Además de su carrera política y diplomática, de sobra conocida en ambos países, Alan Solomont es también un empresario de prestigio, abarcando diferentes sectores y facetas a lo largo de su dilatada trayectoria. La asistencia sanitaria y social a las personas mayores ha centrado buena parte de su actividad profesional, tras convertirse en fundador de HouseWorks, empresa de ayuda a domicilio para las personas de la tercera edad. Como es de sobra conocido, Galicia, y en particular Ourense, arrastran un preocupante problema demográfico con el envejecimiento de su población. Desde su privilegiada atalaya en la materia, Solomont no duda en admitir que esa situación es tanto un lastre como una oportunidad, si se mirá un poco más allá. “La gente cada vez vive más, llegando a los 80 y 90 años, y vamos a tener que ajustarnos a esa nueva realidad”, razona. 

“España tiene una gran ventaja con respecto a Estados Unidos por la fortaleza de su familia. La movilidad demográfica en Estados Unidos es muy distinta: normalmente los padres y los hijos ni siquiera viven en las mismas ciudades. El cuidado de los mayores es una oportunidad para el desarrollo de la construcción, para crear servicios y productos para ellos. Quizá la diferencia es que en España no se ha desarrollado tanto esa economía como en Estados Unidos -por la citada fortaleza de las familias-, pero eso va a cambiar. En ese sentido, de cara al futuro, el envejecimiento será una gran oportunidad también para la economía de la provincia”.  

Tiempo electoral

Solomont no es ajeno a la confusa situación que atraviesa España, con el presente bloqueo político, este callejón sin salida tan difícil de explicar al extranjero. Se ríe al escuchar la pregunta, y es que la valoración que va a exponer a continuación es aplicable también a la batalla electoral norteamericana. Y sin embargo, antes de pronunciarse, se toma un tiempo para meditar, y saca su mejor vena diplomática para advertir que “cada uno se tiene que preocupar de los retos de su país y no de los del vecino”. “Sin embargo, son las mismas fuerzas, los mismos fenómenos políticos que están teniendo impacto en la sociedad en muchos países, no solo en España, también en Estados Unidos”, expone, culpando a la crisis económica como una de las causas de la transformación, “una crisis de la que España aún se está recuperando todavía, aunque lo está haciendo mucho más rápido que otro países; ha dejado muchos problemas, en especial para los más jóvenes”. “La situación ha cambiado desde la Transición hasta ahora”, comenta, “en las últimas décadas se ha ido acabando la estabilidad del bipartidismo. España está en una nueva era, al igual que Estados Unidos”.

De unas elecciones a otras, la sonrisa de Solomont se vuelve aún más generosa cuando se le pregunta por la batalla electoral de Estados Unidos, y en concreto, por el modo en que podría explicarle al mundo un fenómeno tan extravagante como el candidato republicano Donald Trump, surgido en la “modélica democracia” norteamericana. No en vano, Solomont es un rostro destacado del Partido Demócrata y contribuyó decisivamente a la campaña que llevó a Barack Obama a la Casa Blanca. 

“La raíz de este fenómeno, tanto en España como en Estados Unidos, es la globalización”, relata, “están disminuyendo cada vez más las fronteras nacionales. Compañías como Inditex, Adolfo Domínguez o Carolina Herrera, ya no son solo empresas españolas sino globales. O el Banco Santander, que es ahora el mayor banco en Massachusetts. Estas compañías constituyen ahora fuerzas imparables y positivas. Esta nueva situación explica que ahora, por ejemplo, estemos propiciando grandes acuerdos de comercio entre Ourense y Estados Unidos”. 

“La estabilidad que te daba antes ser de un país, o de una ciudad, que era tu identidad, empieza a verse en peligro. Una de las consecuencias malas de todo esto es que las personas y comunidades tradicionales se empiezan a sentir amenazados por esas fuerzas y por gente que es distinta a ellos”. “Si analizas objetivamente, desde la distancia, e intentando entenderlo bien, el circo que ha creado Donald Trump, puedes descubrir que apela a las personas específicamente más vulnerables y que más se sienten afectadas por estas fuerzas que acabo de explicar. Mi esperanza es que la gente se de cuenta de que esa no es la solución, ni la salida”, concluye. 

Alan Solomont y Juan Verde abandonan la sala velozmente porque la agenda dominical no se detiene. Se dirigen al despacho donde les esperan el presidente de la Diputación de Ourense, Manuel Baltar, la congresista de Estados Unidos Loretta Sánchez, y varios integrantes de la misión comercial clausurada oficialmente horas antes, pero cuyos ecos siguen vivos. Más tarde comparten un paseo por la ciudad, en el que el exembajador presta especial atención a las huellas romanas que derivan de los santuarios del turismo termal, destino de vacaciones que promete hacer llegar a oídos de sus compatriotas.

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