Agustín Fernández condiciona la estabilidad del Concello de la ciudad a su gobierno socialista y enseña su plan de trabajo hasta 2015

El alcalde amplía los posibles pactos puntuales a toda la oposición

El alcalde, Agustín Fernández, en su comparecencia de ayer. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
El alcalde socialista de Ourense, Agustín Fernández, está convencido de que un gobierno en minoría -el suyo, tras la renuncia del BNG a reeditar el pacto de gobierno- 'pode funcionar, máxime cando un dos grupos (de la oposición) foi partícipe da xestión municipal durante cinco años'.
El modelo, que funciona en otras ciudades como Vigo, basa la gobernabilidad en 'buscar puntos de encontro' con todos los grupos de la oposición, con BNG, el PP y hasta DO. Y es que para Fernández, 'a gobernabilidade e estabilidade deste Concello pasa por que goberne o PSOE, evidentemente cos apoios da oposición. Non facelo así sería irresponsable', manifestó ayer, dirigiéndose a la oposición, en una nueva comparecencia ante los medios de comunicación, ahora para explicar sus tareas de gobierno en el mandato que aún queda por cumplir y anunciar, por ejemplo, que el espacio cultural del Banco de España -que gestionará el Concello durante 25 años- será inaugurado en diciembre, que los centros de salud de O Couto y O Vinteún -comprometidos por la Xunta pero sin construir- se mantienen como prioritarios y que la musealización de As Burgas está a punto de ser inaugurada .

El regidor, que planea delegar las áreas que todavía acumula en su persona durante la semana próxima -después de hablar con sus concejales-, evitó buscar culpables de la ruptura del pacto de gobierno con el BNG, pese a que las concejalas nacionalistas que renunciarán mañana a sus escaños (Isabel Pérez y Marta Arribas) atribuyeron la ruptura del pacto a supuestos incumplimientos del grupo socialista, a la presencia de la hija del regidor como personal de confianza o a la tardanza del anterior alcalde en dimitir, tras ser imputado en la Operación Pokemon. Dijo que la responsabilidad es 'de todos' porque 'a dimisión dun alcalde ó día seguinte ou tres ou catro días despois non é un elemento tan substancial como para que rompa un goberno que levaba funcionando perfectamente ben durante cinco anos'. Además, las discrepancias que hubo entre los socios no impidieron que 'o goberno fora dunha unidade absoluta', negando desencuentros en asuntos importantes. Simplemente, alegó, fueron 'circunstancias extraordinarias e excepcionais as que provocaron feitos que nos desbordaron a todos'.

Del mismo modo, Agustín Fernández afirmó que las delegaciones de competencias que realizó en estas últimas semanas, sin esperar a pactar con el BNG -algo que, según los nacionalistas, también contribuyó a la pérdida de confianza-, se realizaron 'de forma provisoria á espera dun novo acordo. Eu honestamente pensei que chegariamos a un pacto'. Y el contrato de su hija 'é algo irrelevante. É persoal eventual, entra con nós e marchará con nós e nunca supuxo o máis mínimo punto de fricción', aseguró. Por ello, él relaciona la nueva situación con los resultados electorales del 21-0 y la Operación Pokemon.

El presidente de la Diputación y del PP en Ourense, Manuel Baltar, terció ayer en la crisis del Concello para cuestionar la actitud del BNG, que calificó de 'culminación dunha peripecia difícilmente xustificable en política'. Criticó que los nacionalistas hayan respaldado la investidura del alcalde que sustituye al anterior regidor, y se desentiendan 'de ter relación con el. E máis, os que o votaron van desaparecer do panorama político'.

Para él, lo sucedido en el Consistorio es 'especialmente rexeitable', ya que, insistió, 'colocaron un alcalde co único propósito de impedir que goberne o PP', la lista más votada. Con todo, Baltar descartó una posible moción de censura en el Concello: 'O que correspondería sería unha cuestión de confianza do alcalde, para ver se ten realmente a confianza dos membros da Corporación'.

Te puede interesar