Alfonso Gutiérrez expondrá su experiencia emprendedora en una jornada que se desarrolla mañana en Expourense, con motivo del Día do Emprendedor, y organizada por el Igape y Bic Galicia.
¿Cómo surgió la idea de negocio?
Fue bastante casual. Éramos un grupo de amigos a los que nos gustaba programar y que, en torno al año 2000, vimos oportunidades por el 'efecto 2000' y el cambio al euro. Teníamos intención de hacer cosas en algo que nos gustaba y surgió la idea de crear un software para empresas de transporte. Poco a poco fuimos creciendo.
Tenían conocimiento técnico. ¿Y el empresarial?
No, pero fuimos aprendiendo con el día a día y aprendiendo, porque hay que formarse continuamente. Son barreras que van apareciendo y vas afrontando, porque, cuando te gusta lo que haces, los problemas dejan de serlo.
¿Fue fácil conseguir dinero?
Requirió mucho esfuerzo y 'encaje de bolillos', como hacen muchas familias para llegar a fin de mes. Logramos financiación bancaria y socios porque veían que teníamos ilusión y ganas de sacar el proyecto.
¿Es más difícil emprender hoy, en un contexto de crisis?
Hay que olvidar un poco la crisis y ser más imaginativos que nunca. Sigue haciendo necesidades en todos lados, pero el contexto es muy pesimista. Quizá quien emprenda ahora necesite un 'plus' por la situación económica. Una empresa es parecida a un maratón: va a tener baches, pero hay que persistir. Lo fundamental es el proyecto y tener ganas de trabajar.
¿Son emprendedores los jóvenes de su generación?
Creo que todos nos dejamos condicionar por el entorno y en España se va hacia el trabajo seguro.
Pues creo que la base es no desmotivar y lograr que los trabajadores crean en los valores de la empresa. Muchas veces, las jerarquías o la falta de comunicación entre empresa y empleados es muy desmotivante. Creo que en nuestro caso aún queda algo de la cultura inicial.
¿Cuáles son los retos de futuro?
Innovar y crecer fuera. Ya facturamos en 25 países, pero es fundamental seguir creciendo.
Fue bastante casual. Éramos un grupo de amigos a los que nos gustaba programar y que, en torno al año 2000, vimos oportunidades por el 'efecto 2000' y el cambio al euro. Teníamos intención de hacer cosas en algo que nos gustaba y surgió la idea de crear un software para empresas de transporte. Poco a poco fuimos creciendo.
Tenían conocimiento técnico. ¿Y el empresarial?
No, pero fuimos aprendiendo con el día a día y aprendiendo, porque hay que formarse continuamente. Son barreras que van apareciendo y vas afrontando, porque, cuando te gusta lo que haces, los problemas dejan de serlo.
¿Fue fácil conseguir dinero?
Requirió mucho esfuerzo y 'encaje de bolillos', como hacen muchas familias para llegar a fin de mes. Logramos financiación bancaria y socios porque veían que teníamos ilusión y ganas de sacar el proyecto.
¿Es más difícil emprender hoy, en un contexto de crisis?
Hay que olvidar un poco la crisis y ser más imaginativos que nunca. Sigue haciendo necesidades en todos lados, pero el contexto es muy pesimista. Quizá quien emprenda ahora necesite un 'plus' por la situación económica. Una empresa es parecida a un maratón: va a tener baches, pero hay que persistir. Lo fundamental es el proyecto y tener ganas de trabajar.
¿Son emprendedores los jóvenes de su generación?
Creo que todos nos dejamos condicionar por el entorno y en España se va hacia el trabajo seguro.
Pues creo que la base es no desmotivar y lograr que los trabajadores crean en los valores de la empresa. Muchas veces, las jerarquías o la falta de comunicación entre empresa y empleados es muy desmotivante. Creo que en nuestro caso aún queda algo de la cultura inicial.
¿Cuáles son los retos de futuro?
Innovar y crecer fuera. Ya facturamos en 25 países, pero es fundamental seguir creciendo.
