REPORTAJE

Alma, el detector canino de las hipoglucemias del pequeño Álex

photo_camera Álex, que tiene dos años y es vecino de Pereiro de Aguiar, cuenta con una nueva compañera de vida, la perrita de alerta Alma, que es capaz de avisar con 20 minutos de antelación las hipoglucemias que sufre el niño, especialmente por la noche. La semana pasada viajó con sus padres a Zaragoza para que La Fundación Canem les entregara a Alma, que ha sido entrenada para salvarle la vida a Álex.
Una Jack Russell educada como perra de alerta médica avisa con veinte minutos de antelación de las bajadas de azúcar que sufre su ‘humano’, un niño de dos años de Pereiro de Aguiar.

Hay ladridos que salvan vidas. “Alma me cuida” es ahora la frase favorita de Álex, un niño de dos años de Pereiro de Aguiar que sufre hipoglucemias de origen desconocido, que su perrita de alerta médica es capaz de detectar con veinte minutos de antelación.  El can huele una enzima llamada isopreno que segrega Álex cuando le baja la glucosa y marca el peligro. Se pone delante del niño y ladra una sola vez, con un ladrido seco. Entonces, su madre, Carmen María Iglesias, les da un premio a cada uno y prepara un biberón de leche y maicena para que le suba el azúcar. “Si la hipoglucemia es muy grave, le damos glucosa oral”, explica.

Álex y Alma se conocieron la semana pasada, pero van a estar siempre juntos. La familia al completo se desplazó a Zaragoza, donde la Fundación Canem ha educado a esta Jack Russell de diez meses y cinco kilos de peso desde que tenía 45 días para ser una perra de alerta médica y saber comportarse en cualquier espacio, como los perros lazarillos.  “El encuentro entre los dos ha sido superemocionante porque Alma enseguida se dio cuenta de que tenía que cuidar de Álex. Lo empezó a lamer, le dio besos y la primera noche ya durmió a su lado estirada”, explica la madre. 

Esta fundación educa de forma gratuita a perros para niños con diabetes o epilepsia, pero no con la patología de Álex, que aún no está diagnosticada, pero sospechan que podría tratarse de glucogenosis. Por ello, a finales del año pasado, Carmen María puso en marcha una campaña de recaudación colectiva para conseguir los 6.000 euros que necesitaba  y ahora, que Alma ya cuida a su hijo, quiere agradecer la ayuda recibida.

Como Álex tiene también hipersensibilidad sensorial, le buscaron un cachorro muy cariñoso, paciente y tranquilo. Mientras el niño va a la guardería Monicreques de Ourense, Alma duerme seis horas porque por las noches permenece despierta para vigilar las hipoglucemias nocturnas. “Son las peores. Antes tenía que despertar al niño cada dos horas para medirle el azúcar, ahora tiene un sensor que nos avisa, pero no lo predice veinte  minutos antes como Alma”,  señala la madre.

Álex antes lloraba mucho, y estaba triste y agitado, hasta que descubrieron que tenía bajadas de azúcar. “Las hipoglucemias causan daño neurológico, pero afectan a todos los órganos. Y pueden llegar a producir el coma”, explica Carmen María.

Además, Alma cuida de un  ‘humano’ muy especial, que tiene altas capacidades y hace puzzles para niños de cuatro años.  “Álex es un niño listísimo. Nos gustaría que cuando vaya al colegio y la universidad lo acompañe Alma. La hemos obligado a querernos”, dice, feliz.

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