Las dos alumnas de tercer curso de la ESO del Divino Maestro supuestamente implicadas en los robos de cuatro pisos de compañeros de clase, a los que accedían haciendo una copia de las llaves que sustraían en las mochilas, causaron baja voluntaria del centro nada más ser conocedoras de que el colegio había presentado denuncia por estos hechos.
La dirección del centro, según explicaron fuentes cercanas a ese órgano, tras el hallazgo de joyas, lo puso en conocimiento de la Policía el viernes día 11 a primera hora de la tarde e intentó contactar con sus padres ese mismo día. Las estudiantes, ambas de 16 años, nada más llegar el colegio el lunes 14 de enero a las ocho de la mañana comunicaron la intención de causar baja. En caso contrario, se les hubiera abierto un expediente de expulsión que, debido al procedimiento administrativo que debe seguirse, hubiera pospuesto su marcha.
El jefe de estudios 'destapó' a las dos alumnas implicadas la misma mañana del día de la denuncia. De hecho, su intervención hizo posible que se recuperaran los objetos obtenidos en la última vivienda asaltada, ubicada en la calle Río Mao (O Vinteún). 'El centro denunció el caso y actuó con total celeridad y contundencia; las alumnas desde el día 14 a las ocho de la mañana causaron baja en el centro y a los padres se les dio información en el órgano habilitado para ello -el consello escolar- el martes día 29', aseguró uno de los directivos.
Asimismo, en la mañana de ayer se remitió una carta a los padres para tranquilizarlos ante la información ofrecida el pasado viernes por este diario, en la que todos los datos revelados forman parte de las investigación policial y judicial. Los miembros de la comunidad educativa del Divino Maestro reconocen sentirse 'estupefactos' por lo acaecido porque 'en los 16 o 17 años que llevamos en el barrio de O Vinteún nunca habíamos vivido algo así con el alumnado, tan siquiera tuvimos nunca un expediente de expulsión', declaró ayer un directivo.
Las menores implicadas llevaban poco tiempo escolarizadas en el centro. En un caso, tres cursos académicos y en otro, dos. En todo caso, eran compañeras de aula.
Según aseguran fuentes policiales, el 'modus operandi' consistía en apoderarse de las llaves de casa de alumnos de la clase durante un descuido y hacer copias antes de reintegrarlas. Para ello, contaban con ayuda externa: el tío de una de ellas, el presunto cabecilla de la trama, y otra joven de 17 años escolarizada en el Sexto Instituto. Las tres chicas supuestamente eran las encargadas de los robos, pasándole las alhajas conseguidas a cuatro receptadores, entre los que está un exnovio, los encargados de vender las joyas en una casa de compra-venta de la calle Progreso de la ciudad. Todos ellos fueron detenidos y quedaron en libertad con cargos.
El jefe de estudios 'destapó' a las dos alumnas implicadas la misma mañana del día de la denuncia. De hecho, su intervención hizo posible que se recuperaran los objetos obtenidos en la última vivienda asaltada, ubicada en la calle Río Mao (O Vinteún). 'El centro denunció el caso y actuó con total celeridad y contundencia; las alumnas desde el día 14 a las ocho de la mañana causaron baja en el centro y a los padres se les dio información en el órgano habilitado para ello -el consello escolar- el martes día 29', aseguró uno de los directivos.
Asimismo, en la mañana de ayer se remitió una carta a los padres para tranquilizarlos ante la información ofrecida el pasado viernes por este diario, en la que todos los datos revelados forman parte de las investigación policial y judicial. Los miembros de la comunidad educativa del Divino Maestro reconocen sentirse 'estupefactos' por lo acaecido porque 'en los 16 o 17 años que llevamos en el barrio de O Vinteún nunca habíamos vivido algo así con el alumnado, tan siquiera tuvimos nunca un expediente de expulsión', declaró ayer un directivo.
Las menores implicadas llevaban poco tiempo escolarizadas en el centro. En un caso, tres cursos académicos y en otro, dos. En todo caso, eran compañeras de aula.
Según aseguran fuentes policiales, el 'modus operandi' consistía en apoderarse de las llaves de casa de alumnos de la clase durante un descuido y hacer copias antes de reintegrarlas. Para ello, contaban con ayuda externa: el tío de una de ellas, el presunto cabecilla de la trama, y otra joven de 17 años escolarizada en el Sexto Instituto. Las tres chicas supuestamente eran las encargadas de los robos, pasándole las alhajas conseguidas a cuatro receptadores, entre los que está un exnovio, los encargados de vender las joyas en una casa de compra-venta de la calle Progreso de la ciudad. Todos ellos fueron detenidos y quedaron en libertad con cargos.
