Cada año el Colegio Oficial de Joyería de Galicia premia a empresarios del sector. Este año la ourensana Angelines Feijóo Sánchez ha sido galardonada con la Segueta de Plata y recibió el premio con forma de esta herramienta de orfebrería en reconocimiento a sus 30 años de profesión
¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la joyería?
Podría decirse que nací detrás de un mostrador y me crié en el comercio de mi padre. Poco a poco empecé a meterme en el mundo del diseño y la joyería. Llegado el momento me fui a Lugo, luego recorrí Ferrol, A Coruña y Vigo, hasta que di el salto al resto de España. Ahora es mi hijo Luis quien continúa con el negocio, yo sigo desde la retaguardia.
¿Nunca llegó a asentarse en un lugar concreto?
Mi trabajo es ambulante. Existen dos tipos de licencia, una para establecer una joyería fija y otra para quien recorre el territorio con los diseños, ese es mi caso. Abrirme camino fue una lucha, tuve que trabajar muchas horas y muy duro para hacerme un nombre.
Un día llegó el salto a la televisión.
María Teresa Campos y yo nos conocimos a través del boca a boca y surgió feeling desde el primer momento. Tuve la oportunidad de presentar mis colecciones en Televisión Española, en Telecinco con ella y con increíbles modelos.
¿Qué pensó cuando supo que recibiría la Segueta de Plata?
Jamás en la vida hubiera pensado que ese momento llegaría. He sido una mujer con una personalidad muy fuerte y creía que, en Galicia, jamás pensarían en mí para este premio. A los compañeros que me han ayudado les estaré agradecida eternamente.
En su cartera de clientes ¿hay alguien de especial renombre?
Tengo clientes muy importantes, pero no los revelaré. La privacidad y el respeto es lo primero que tengo hacia ellos. Muchos me han preguntado, pero nunca he dado nombres. Quien lo sabe es porque lo ha visto, no porque haya salido de mi boca.
¿Y cómo es el trato con esas personas?
Mi forma de trabajar es encontrarme con mis clientas, conversar, conocernos y, después, viene la relación comercial. Son amigas antes que clientas, esa complicidad no se consigue en una joyería. Éste es otro de los grandes orgullos que tengo en mi carrera.
¿Qué materiales siguen triunfando?
Los brillantes, las piedras preciosas y el oro siguen siendo la clave en joyería.
¿Tiene alguna pieza especial para usted?
Cuando presentaba mis colecciones había una parte dedicada a Galicia, otra a las tendencias nacionales e internacionales, pero siempre contaba con una pieza etrusca, mi favorita, inspirada en una cultura que me apasiona.
Podría decirse que nací detrás de un mostrador y me crié en el comercio de mi padre. Poco a poco empecé a meterme en el mundo del diseño y la joyería. Llegado el momento me fui a Lugo, luego recorrí Ferrol, A Coruña y Vigo, hasta que di el salto al resto de España. Ahora es mi hijo Luis quien continúa con el negocio, yo sigo desde la retaguardia.
¿Nunca llegó a asentarse en un lugar concreto?
Mi trabajo es ambulante. Existen dos tipos de licencia, una para establecer una joyería fija y otra para quien recorre el territorio con los diseños, ese es mi caso. Abrirme camino fue una lucha, tuve que trabajar muchas horas y muy duro para hacerme un nombre.
Un día llegó el salto a la televisión.
María Teresa Campos y yo nos conocimos a través del boca a boca y surgió feeling desde el primer momento. Tuve la oportunidad de presentar mis colecciones en Televisión Española, en Telecinco con ella y con increíbles modelos.
¿Qué pensó cuando supo que recibiría la Segueta de Plata?
Jamás en la vida hubiera pensado que ese momento llegaría. He sido una mujer con una personalidad muy fuerte y creía que, en Galicia, jamás pensarían en mí para este premio. A los compañeros que me han ayudado les estaré agradecida eternamente.
En su cartera de clientes ¿hay alguien de especial renombre?
Tengo clientes muy importantes, pero no los revelaré. La privacidad y el respeto es lo primero que tengo hacia ellos. Muchos me han preguntado, pero nunca he dado nombres. Quien lo sabe es porque lo ha visto, no porque haya salido de mi boca.
¿Y cómo es el trato con esas personas?
Mi forma de trabajar es encontrarme con mis clientas, conversar, conocernos y, después, viene la relación comercial. Son amigas antes que clientas, esa complicidad no se consigue en una joyería. Éste es otro de los grandes orgullos que tengo en mi carrera.
¿Qué materiales siguen triunfando?
Los brillantes, las piedras preciosas y el oro siguen siendo la clave en joyería.
¿Tiene alguna pieza especial para usted?
Cuando presentaba mis colecciones había una parte dedicada a Galicia, otra a las tendencias nacionales e internacionales, pero siempre contaba con una pieza etrusca, mi favorita, inspirada en una cultura que me apasiona.
