Con el objetivo de que los niños que pasan largas estancias en el hospital no pierdan el curso escolar, el Complexo Hospitalario de Ourense cuenta con una escuela de pediatría que también ofrece actividades lúdicas y didácticas para los pacientes con ingresos cortos.
Que los niños con ingresos de largas estancias o con enfermedades crónicas puedan continuar y completar el curso, así como que los de corta estancia puedan realizar actividades lúdicas con carácter didáctico son los objetivos de la escuela de pediatría del Materno Infantil. Para ello cuenta con dos aulas (una de 2 a 7 años y otra de 7 a 16), dotadas con libros, juegos, material para manualidades, ocho ordenadores fijos y dos portátiles, que funcionan en período escolar.
Su responsable, la psicopedagoga y maestra Nieves Estévez Estévez, afirma que lo importante es que saquen algo positivo de su estancia en el hospital. Con este reto, cada mañana ella y su compañera Monserrat Otero se informan en el control de Enfermería sobre los niños que están ingresados: cuántos son, el tipo de enfermedad que padecen y si pueden ir a la escuela o no, pues si el paciente está aislado o en reposo son ellas las que se desplazan a la habitación para trabajar con los menores.
Como el 98% de los alumnos son pacientes de corta estancia (la media es de tres días), con éstos realizan diferentes actividades lúdico-educativas como manualidades, animación a la lectura o escucha relajada. Trabajamos con los niños en función de su patología y de las orientaciones del médico.
Además, para los pacientes de largas estancias (en su mayoría enfermos de cáncer o del servicio de Traumatología), preparan la programación del curso escolar con el centro donde está matriculado el menor. En general, hay colaboración por parte de los colegios, pero hay excepciones. Por ello, estamos elaborando un protocolo de actuación para evitar estos conflictos, aclara Nieves Estévez.
Para realizar esta labor cuentan con la ayuda de alumnos universitarios en prácticas y voluntarios (de Educación Social, Magisterio y Psicopedagogía), que también colaboran con la ciberaula (un espacio lúdico y de entretenimiento para niños y sus familiares y amigos) que La Caixa tiene en el CHOU, instalación que está abierta todas las tardes.
Su responsable, la psicopedagoga y maestra Nieves Estévez Estévez, afirma que lo importante es que saquen algo positivo de su estancia en el hospital. Con este reto, cada mañana ella y su compañera Monserrat Otero se informan en el control de Enfermería sobre los niños que están ingresados: cuántos son, el tipo de enfermedad que padecen y si pueden ir a la escuela o no, pues si el paciente está aislado o en reposo son ellas las que se desplazan a la habitación para trabajar con los menores.
Como el 98% de los alumnos son pacientes de corta estancia (la media es de tres días), con éstos realizan diferentes actividades lúdico-educativas como manualidades, animación a la lectura o escucha relajada. Trabajamos con los niños en función de su patología y de las orientaciones del médico.
Además, para los pacientes de largas estancias (en su mayoría enfermos de cáncer o del servicio de Traumatología), preparan la programación del curso escolar con el centro donde está matriculado el menor. En general, hay colaboración por parte de los colegios, pero hay excepciones. Por ello, estamos elaborando un protocolo de actuación para evitar estos conflictos, aclara Nieves Estévez.
Para realizar esta labor cuentan con la ayuda de alumnos universitarios en prácticas y voluntarios (de Educación Social, Magisterio y Psicopedagogía), que también colaboran con la ciberaula (un espacio lúdico y de entretenimiento para niños y sus familiares y amigos) que La Caixa tiene en el CHOU, instalación que está abierta todas las tardes.
