El Barbaña llega al Miño con un fuerte olor a cloaca
El cauce del Barbaña llegaba en la tarde de ayer al río Miño desprendiendo un fuerte olor a cloaca, posiblemente a causa de un vertido de aguas fecales sin tratar.
El escaso cauce discurría con un color negruzco y "achocolatado", provocando un fuerte hedor que hacía el aire casi irrespirable para los numerosos viandantes que paseaban entre Os Remedios y el puente de la carretera N-120. Sobre las cinco de la tarde, numerosos personas hacían deporte por la zona y el hedor pestilente obligaba a contener la respiración.
La Confederación Hidrográfica Miño-Sil desplazó al lugar a varios agentes fluviales para recoger muestras de agua y determinar la composición y el origen del vertido. Los técnicos también tomaron fotografías e inicialmente achacan el fuerte hedor a la lluvia que descargó ayer en la ciudad y sus alrededores, que provocó que de desbordara algún colector y las redes de recogida de aguas pluviales. "Lleva tiempo sin llover y puede que alguna tubería estuviera atascada y sucia y el agua arrastró la suciedad hacia el río", explicaron en la Comisaría de Aguas del organismo de cuenca.
El fuerte hedor también se percibía, aunque no con tanta intensidad, a la altura de Ervedelo y el parque de Avilés de Taramancos.