Los bomberos rastrearon el Miño, en el perímetro del Puente del Milenio, en busca de una persona que no apareció pero que varios testigos, minutos antes, aseguraron ver sobre una lancha hinchable y desde la que pedía auxilio mientras se acercaba a una zona de rápidos. En determinado momento, desapareció de la visión de los testimonios. Desplazados a la zona los bomberos, recorrieron el perímetro sin lograr hallar a ninguna persona. Sí recuperaron el bote hinchable.
Eran las 18,18 horas y saltaron las alarmas. En el 112, en los bomberos, en la Policía Nacional, en el 061, en Protección Civil. En pocos minutos se dispuso toda la carne en el asador. Todos al Miño: habían visto a una persona sobre un bote hinchable braceando dentro del río, a la altura del puente del Milenio, en una típica maniobra de solicitud de auxilio.
Los bomberos de la ciudad llegaron a la zona y dispusieron una zódiac. Los agentes de la Policía Nacional se presentaron con algunas preguntas en la libreta para los testigos. Si había un desaparecido la investigación caía en su jurisdicción, y necesitaban respuestas.
Pronto comenzó a advertirse que en aquella historia había sobre todo misterio. Lógicamente porque la persona avistada en el agua no aparecía. Y algo que se oculta es en sí un buen misterio. Pero también parte de los testimonios resultaban confusos, indeterminados, inseguros. Unos habían visto la lancha hinchable, otros a una persona en el agua. Algunos otros más que ver creyeron haber visto, según fuentes policiales. Uno de los que aseguraba haber visto mejor fue el conductor del tren turístico que recorre el Ourense termal, a su paso por el puente romano. Ahí, justo ahí, sobre los vestigios de la presencia del Imperio romano, tuvo la visión. La visión de una persona en un bote hinchable, acercándose a una zona de rápidos, y pidiendo auxilio. Parecida declaración presentaron otros testigos, que también siguieron el misterioso episodio desde el puente romano. Y todos ellos, en un determinado momento, perdieron de vista la hinchable. Mientras la Policía hacía preguntas, los bomberos rastreaban en zódiac el perímetro del puente del Milenio. Nada. Buscaban y buscaban, pero nada y nada. Entonces apareció la lancha. Estaba vacía. Eso quebraba, en parte, la posibilidad de que todo se debiese a una falsa alarma. Alrededor de las 20,00 horas los bomberos suspendieron una búsqueda que habían llevado más allá del entorno del Milenio, río abajo. Si en las próximas horas se produjese una denuncia relacionada con alguna desaparición, y el denunciante pudiese reconocerse la lancha, se reemprendería la búsqueda.
Gran expectación en A Chavasqueira
Las maniobras de búsqueda en el entorno del puente del Milenio despertó la curiosidad de las decenas de personas que a esas horas permanecían en las termas de A Chavasqueira. El calor apretaba, y en el área de baño se levantó gran expectación por la presencia de los bomberos yendo y viniendo en la zódiac.
Los bomberos de la ciudad llegaron a la zona y dispusieron una zódiac. Los agentes de la Policía Nacional se presentaron con algunas preguntas en la libreta para los testigos. Si había un desaparecido la investigación caía en su jurisdicción, y necesitaban respuestas.
Pronto comenzó a advertirse que en aquella historia había sobre todo misterio. Lógicamente porque la persona avistada en el agua no aparecía. Y algo que se oculta es en sí un buen misterio. Pero también parte de los testimonios resultaban confusos, indeterminados, inseguros. Unos habían visto la lancha hinchable, otros a una persona en el agua. Algunos otros más que ver creyeron haber visto, según fuentes policiales. Uno de los que aseguraba haber visto mejor fue el conductor del tren turístico que recorre el Ourense termal, a su paso por el puente romano. Ahí, justo ahí, sobre los vestigios de la presencia del Imperio romano, tuvo la visión. La visión de una persona en un bote hinchable, acercándose a una zona de rápidos, y pidiendo auxilio. Parecida declaración presentaron otros testigos, que también siguieron el misterioso episodio desde el puente romano. Y todos ellos, en un determinado momento, perdieron de vista la hinchable. Mientras la Policía hacía preguntas, los bomberos rastreaban en zódiac el perímetro del puente del Milenio. Nada. Buscaban y buscaban, pero nada y nada. Entonces apareció la lancha. Estaba vacía. Eso quebraba, en parte, la posibilidad de que todo se debiese a una falsa alarma. Alrededor de las 20,00 horas los bomberos suspendieron una búsqueda que habían llevado más allá del entorno del Milenio, río abajo. Si en las próximas horas se produjese una denuncia relacionada con alguna desaparición, y el denunciante pudiese reconocerse la lancha, se reemprendería la búsqueda.
Gran expectación en A Chavasqueira
Las maniobras de búsqueda en el entorno del puente del Milenio despertó la curiosidad de las decenas de personas que a esas horas permanecían en las termas de A Chavasqueira. El calor apretaba, y en el área de baño se levantó gran expectación por la presencia de los bomberos yendo y viniendo en la zódiac.
