El detenido, que confesó haberla matado, intentó suicidarse en dos ocasiones durante la última semana

El cadáver de la joven brasileña aparece en el Avia, a cuatro kilómetros de donde fue arrojado

La Guardia Civil encontró ayer en el río Avia el cadáver de la brasileña desaparecida. El cuerpo estaba a cuatro kilómetros del puente desde el que Ramón Fernández confesó haberla arrojado. El hombre intentó suicidarse dos veces tras el crimen.
El cadáver de la mujer brasileña desaparecida el pasado 11 de febrero, María Socorro Dasilva, de 26 años, era localizado sobre las seis de la tarde en el embalse de Cabanelas, en el cauce del río Avia, a unos cuatro kilómetros del puente desde el que un cliente -la joven ejercía la prostitución- y presunto agresor, Ramón Fernández Álvarez, de 48 años, confesó que lo había arrojado al agua.

El cuerpo de la joven, que presentaba un avanzado estado de descomposición, estaba sumergido a más de un metro de profundidad, envuelto en plásticos. La Guardia Civil lo localizó tras más de 18 horas de búsqueda a lo largo del río, entre Boborás y Leiro. En el operativo participaron 32 agentes; siete del grupo especial de actuaciones subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS), 16 guardias civiles y cuatro agentes del Seprona, además de un helicóptero del Cuerpo Nacional de Policía y tres voluntarios de Protección Civil de O Carballiño. Por la tarde, prácticamente cuando fue hallado el cadáver, se incorporó al dispositivo un equipo de grupo especial de operaciones (GEO) del Cuerpo Nacional de Policía desde Madrid.

El dispositivo se puso en marcha sobre las 11.45 horas del miércoles después de que el presunto homicida, Ramón Fernández, enviara un mensaje a su mujer despidiéndose de ella porque tenía intención de suicidarse tirándose al embalse de Albarellos.

Ramón Fernández reside con su familia (mujer y un hijo) en una localidad de Cenlle. Su esposa, nada más ver el mensaje, alertó a la Guardia Civil que minutos más tarde lo localizaba en la margen de la presa. Tras percatarse de la presencia de los agentes, se derrumbó y confesó que había matado a María Socorro Dasilva y, tras meter su cuerpo en una bolsa, la arrojó al río Avia.

La Guardia Civil procedió a su detención al tiempo que alertaba a la Policía Nacional, encargada de la investigación, para que lo trasladara al calabozo.

La Policía Nacional ya había interrogado en varias ocasiones al presunto agresor y el miércoles afirmaba en una nota, en la que no citaba la actuación de la Guardia Civil, que procedió a la detención de Ramón Fernández al mostrar dudas en su declaración y derrumbarse cuando pretendían revisar el maletero de su vehículo.

No era ésta la primera vez que intentaba autolesionarse el ahora detenido. Ya lo intentó en su casa el pasado sábado y no lo logró al darse cuenta su mujer, que no estaba al corriente de la doble vida que mantenía, citándose regularmente con la joven brasileña, a la que había pedido en varias ocasiones que abandonara la prostitución.

Con sus manos

El pasado 10 de febrero, Ramón Fernández se citó con María Socorro Dasilva y durante una discusión, según confesó a la Policía, la golpeó con los puños en la cabeza y rostro hasta causarle la muerte. Los hechos sucedieron en el interior de su coche, un Peugeot, en los alrededores de la ciudad. Después, metió el cadáver en una bolsa y lo colocó en el maletero para tirarlo al cauce del Avia.

Ramón Fernández tiene 48 años pero ya está jubilado a causa de una enfermedad. Durante años trabajo en una industria en Ribadavia y ahora se dedicaba a cultivar huertos y pequeños trabajos agrícolas en Rioboo. Su detención cogió por sorpresa a su familia y vecinos, ‘porque nadie esperaba que hiciera esto, no sabíamos nada de su doble vida y aparentemente era una buena persona’, dijo el alcalde de Cenlle, Manuel García.

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