Los fieles ourensanos no quisieron perderse el acto de ordenación episcopal y la toma de posesión de la Diócesis Auriense de Leonardo Lemos, que transcurrió según lo previsto y con puntualidad en cada parada.

Cálida bienvenida con lleno total

Su llegada estaba prevista para las 15.15 horas. Y así fue. En los jardines del Padre Feijóo le esperaban buena parte de los representantes políticos, civiles y religiosos de la provincia. La música constante la ponía un coro que, entre canción y canción, gritaba al unísono 'Viva nuestro obispo'. En ocasiones, solapado con la Real Banda de Gaitas, que tan pronto vio acercarse a lo lejos a Leonardo Lemos, entonó el Antigo Himno do Reino de Galicia.
La puntualidad con la que inició su mandato episcopal se mantuvo durante la tarde. De los jardines del Padre Feijóo, el nuevo obispo partió hacia la iglesia de Santa Eufemia seguido por las autoridades y varias decenas de fieles, que no quisieron perder detalle de cada paso de Lemos Montanet. Una vez allí, aprovechó para saludar a los miembros de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, de Tui-Vigo, y a cuantos se acercaron a él. En Santa Eufemia debía cambiarse la ropa para el momento de la ordenación, pero antes tuvo que salir a recibir al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que había llegado tarde.

A las puertas de la Catedral, los fieles se agolpaban para entrar al templo intentando garantizarse a sí mismos que no iban a perderse la ordenación. Tan sólo una de las puertas de entrada estaba habilitada y, aunque sin faltar a la educación, todos querían ser el primero en entrar a una Catedral abarrotada. Mientras, las campanas no dejaban de sonar anunciando que Leonardo Lemos se acercaba a su nueva casa. El religioso, natural de Fene, debía ser ordenado obispo antes de tomar posesión de la Diócesis Auriense. Tras jurar su cargo y demostrar su fe al arzobispo compostelano, Julián Barrio, comenzó la súplica litánica: los fieles, de rodillas, y Lemos, postrado en tierra mientras escuchaba las letanías. A partir de ahí, siguieron en la ceremonia la imposición de manos y la del libro de los Evangelios. Momentos después, el nuevo obispo tomaba posesión de la cátedra ocupando el asiento que durante la ceremonia empleó Barrio.

Leonardo Lemos fue aplaudido en varias ocasiones. La primera, cuando recibió la Diócesis. La segunda y más efusiva, cuando bajó del altar para saludar a los feligreses, que respondieron con gratitud acercándose a felicitarle durante el besamanos. Ourense tiene, desde ayer, nuevo obispo. Además de la celebración estrictamente religiosa, parte de los asistentes se trasladaron después hasta el Liceo, donde le esperaban unos pinchos para compartir reacciones sobre el acto de ordenación.

Te puede interesar