La prestigiosa colección Zanchi trae a Ourense obras de arte firmadas por grandes artistas como Rubens, Caravaggio o Miguel Ángel. En la sala de exposiciones de Novacaixagalicia estará hasta el próximo 1 de mayo.

Caravaggio, Rubens, Turner,...

La historia de Jean Zanchi no solamente sobresale por los ocho centenares de obras de arte que posee y entre las que se encuentran las firmas de Caravaggio, Miguel Ángel, Rubens o Turner.
La historia de Jean Zanchi es, además, curiosa dentro de lo común del coleccionismo. Su vocación nació durante la década de los años 50, surgida de un acontecimiento fortuito que lo llevó a hacerse con una de las grandes colecciones privadas. Por aquel entonces, Jean Zanchi se dedicaba al mundo vinícola y alguien le pidió dinero prestado. Como aval, el deudor depositó unos 80 cuadros que Zanchi comenzó a estudiar y abrieron en él un incipiente interés por el arte. El dinero prestado nunca llegó a ser devuelto, pero, en su lugar, el aval depositado sirvió para que el suizo comenzase su historia con los grandes de la pintura.

Después de su visita a Santiago y Vigo, un total de 40 piezas llegaron ayer a la sala de exposiciones de Novacaixagalicia en la Praza Maior dentro de la muestra 'Colección Zanchi. Grandes maestros'. Allí estarán hasta el próximo 1 de mayo. La oportunidad que ahora se le brinda a los ourensanos de visitarla es casi única, ya que lo habitual es que estas joyas permanezcan en el búnker que habitan en Laussane bajo altas medidas de seguridad. De allí han salido en dos ocasiones. La primera en el año 1995, cuando visitaron Japón, y la segunda para ser mostradas en Galicia.

A la inauguración en Ourense asistieron el hijo y el nieto del coleccionista, Antoine y Giovanni Zanchi, así como el director de la Obra Social de la entidad financiera, Guillermo Brea, y la crítica de arte Mercedes Rozas. Junto a ellos estuvo el ourensano Fernando González, amigo de la familia Zanchi, padrino del nieto del coleccionista y promotor intelectual de la visita de las obras de arte.

Todas y cada una de las piezas que componen la muestra poseen un valor artístico indudable, pero hay una que se alza como estrella. Se trata del busto de 'Átropos', una de las parcas griegas. Su autor, el gran escultor Miguel Ángel, lo había ideado para el sepulcro inacabado del papa Julio II en Roma. Un boceto de la parca, firmado por el propio artista, acompaña a la pieza. En su reverso, aunque en la exposición no se perciba, el italiano dibujó la 'Puerta Pía', un pasaje de la antigua Muralla Aureliana de Roma. El valor del boceto no sería tan elevado si no fuera por que Miguel Ángel era poco partidario de conservar pruebas de la confección de sus obras.

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