EN OURENSE

La cárcel de Pereiro cuenta con 19 presos en tercer grado

O Pereiro de Aguiar. 22/12/2008. Centro penitenciario de Pereiro de Aguiar.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Exterior del recinto penitenciario de Pereiro de Aguiar, cuya seguridad se reforzó en 2008.

Continúa sin resultados la búsqueda del parricida que no regresó a prisión tras un permiso en agosto

La cárcel de Pereiro de Aguiar cuenta en la actualidad con un total de 19 presos que tienen el tercer grado penitenciario, como hacía el parricida canario de orígenes gallegos Fernando Iglesias Espiño hasta que el pasado 13 de agosto no regreso del último que tenía, saltando las alarmas en la institución penitenciaria.

Además, otros 11 reclusos están sometidos a control telemático permanente por medio de pulseras fuera del recinto de Pereiro, pero con la obligación de no salir del perímetro que permita su control al minuto.

Fernando Iglesias fue castigado a 54 años entre rejas por asesinar a su mujer y sus dos hijos hace 22 años en el barrio de Jinámar, en Las Palmas de Gran Canaria. En aplicación del Código Penal vigente en aquel entonces -todo ocurrió el 15 de octubre de 1996-, se fijó el máximo en 25 años de pena y estaba a algo más de dos años de cumplirla en su totalidad.

Precisamente por esta razón, los cuerpos de seguridad no descartan ninguna hipótesis, incluso la de que el fugitivo haya sufrido algún percance durante el último permiso penitenciario, el fin de semana del pasado 11 de agosto.

El último fugado de la prisión de Pereiro de Aguiar del que se tiene noticia fue precisamente hallado muerto un año después de no haber regresado de un permiso penitenciario. Sus restos fueron encontrados en una zona de A Lama en agosto de 2013 -el fugado no había vuelto de su permiso en diciembre de 2012-.


La prisión se blindó en 2008 para evitar fugas 


La acumulación de hasta cuatro presos fugados en los últimos 10 años llevó a la determinación de dotar a la prisión, en 2008,  de un segundo muro dentro del que hasta entonces existía, con sensores magnéticos destinados a alertar a las fuerzas de seguridad sobre cualquier movimiento o ruido.

El Gobierno del Estado aprobó su edificación tras la fuga en octubre de 2007 de los reclusos Manuel P.D. y Beliserio S.P., que escaparon descolgándose por una sábana desde su celda para saltar posteriormente el  muro.

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