Aunque la normativa municipal lo prohíbe la cartelería ilegal continúa campando a sus anchas por la ciudad.
Así sucede con el anuncio de una feria centrada en los autónomos que se celebrará en la ciudad, patrocinada por instituciones públicas, que se ha adueñado de farolas y distintos soportes, no publicitarios, en todo el ámbito municipal. Mientras, las administraciones mantiene su complicidad con este tipo de carteles ilegales, que contribuyen a dar una imagen de suciedad de las calles de la ciudad, tal y como reflejaba una reciente encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios, en la que los ourensanos valoraban la limpieza en el municipio y la suspendían en el apartado de cartelería ilegal.
No en vano, numerosas farolas y paredes de la ciudad lucen carteles y anuncios publicitarios sin que sean retirados por las brigadas de limpieza, a pesar de que la propia normativa municipal reserva la colocación de publicidad en los lugares expresamente autorizados para ello. La campaña electoral tampoco ha contribuido a una mejor imagen y muchos partidos han elegido los sitios menos apropiados para colocar los carteles electorales de sus candidatos. De hecho, el Concello valoró, aunque no llevó a efecto, la posibilidad de aprobar una nueva ordenanza de publicidad en la calle para controlar esta cuestión. Hasta ahora, cuenta con una normativa aprobada en 1997 que regula la publicidad exterior por medio de carteles y vallas publicitarias, dejando totalmente prohibida su fijación en las fachadas de los edificios y el mobiliario público. Paras las infracciones, la ordenanza prevé sanciones que oscilan entre los 750 y los 3.000 euros. Sin embargo, las administraciones suelen hacer la vista gorda sobre esta cuestión y no es raro que incluso los eventos que patrocinan se anuncien de esta forma.
No en vano, numerosas farolas y paredes de la ciudad lucen carteles y anuncios publicitarios sin que sean retirados por las brigadas de limpieza, a pesar de que la propia normativa municipal reserva la colocación de publicidad en los lugares expresamente autorizados para ello. La campaña electoral tampoco ha contribuido a una mejor imagen y muchos partidos han elegido los sitios menos apropiados para colocar los carteles electorales de sus candidatos. De hecho, el Concello valoró, aunque no llevó a efecto, la posibilidad de aprobar una nueva ordenanza de publicidad en la calle para controlar esta cuestión. Hasta ahora, cuenta con una normativa aprobada en 1997 que regula la publicidad exterior por medio de carteles y vallas publicitarias, dejando totalmente prohibida su fijación en las fachadas de los edificios y el mobiliario público. Paras las infracciones, la ordenanza prevé sanciones que oscilan entre los 750 y los 3.000 euros. Sin embargo, las administraciones suelen hacer la vista gorda sobre esta cuestión y no es raro que incluso los eventos que patrocinan se anuncien de esta forma.
