La ciudad se despide del carnaval en la Praza Maior con su tradicional Entierro de la Sardina

¡Chorade, que imos enterrar a festa!

La sardina es devorada por las llamas. (Foto: Xesús Fariñas)
La expresión simbólica de lo ocurrido y del pasado enterrado, así como una invitación a la reflexión para regresar al orden, se vivió ayer en la Praza Maior con el tradicional ‘Entierro de la Sardina’, que puso fin a la fiesta del Entroido en la ciudad.
Después del desenfreno y los sentimientos de liberación que surgen durante la fiesta de carnaval, cientos de ourensanos se congregaron en la Praza Maior para despedirse del Entroido, con la tradicional procesión y Entierro de la Sardina. ‘Plañideras’, ‘entroideiros’, espectadores o simplemente mirones, acompañaron a la sardina en un cortejo fúnebre amenizado por dos charangas, y que recorrió las calles Lamas Carvajal, Paseo, Parque de San Lázaro, Santo Domingo, Lepanto y Juan de Austria, hasta regresar de nuevo a la plaza.

Desde que entró la noche, los participantes fueron ocupando su lugar junto a la carroza con la gran sardina plateada compuesta de cartón piedra, y con 10 kilos de peso, para después comenzar el triste entierro, en el que las lágrimas de cocodrilo fueron grandes protagonistas.

Así, grupos de gente vestida con túnicas haciendo de monaguillos, portando velas, de luto con la pena en el corazón y hasta niños que no entendían porqué la gente lloraba y reía, participaron en la celebración, que este año excluyó el sermón de un obispo.

Y el fuego llegó y la sardina ardió en un contenedor custodiado por dos mecos de paja que nada pudieron hacer por evitar su destrucción, mientras que un espectáculo de fuegos artificiales deleitaba las pupilas de los presentes. Al final, los restos de la sardina fueron depositadas en un contenedor, ante los recuerdos intactos de los más mayores, que bien recordaban cuando el meco y la sardina acababan en las orillas del río Barbaña. Seixalbo también se despidió del Entroido con una sardiñada en el Campo da Infesta.


Te puede interesar