La alta capacidad de ahorro de los ourensanos se traduce en la disponibilidad de comprar una vivienda sin necesidad de pedir una hipoteca. Según datos oficiales, entre enero y noviembre del año pasado el 41% de las adquisiciones se pagó al contado, lo que supone una cifra muy importante. Hasta los analistas reconocen que una situación como esta no se da fuera de Galicia.
No es ningún secreto el afán conservador de los ourensanos en materia económica, que dejan sus dineros sobre todo en el banco pese a que en la entidad le cobran comisiones por todo y los intereses que pagan por los depósitos son de risa. No hay muchos conocimientos financieros para mover el dinero, quizá también porque el ahorrador, con la edad, tiene menos interés por arriesgar.
Entre las razones que explicarían esta alta capacidad de poder adquisitivo estarían las culturales, pero también la estructura socioeconómica de la provincia. No nos olvidemos que aquí hay 20.000 trabajadores públicos y más de 100.000 pensionistas que tienen sus ingresos asegurados. Blindados incluso. El muy relativo peso de la economía productiva tiene estas cosas: no abren muchas empresas nuevas y la provincia lo juega todo a funcionarios y pensiones. Pues que no se acatarre el Estado.
