Todo son prisas con las elecciones y de nuevo el ejemplo del estudiante que lo deja todo para la víspera del examen. Es muy sospechoso este frenesí de promesas y de gestiones de última hora unos días antes de que se abran las urnas. También es dudoso el efecto que podrían tener sobre los electores, pero dicen los expertos que hay una gran bolsa de indecisos a los que hay que seducir hasta que se abran los colegios electorales.
Lo que tardó años en hacerse ahora se resuelve de un plumazo. Las soluciones a problemas complejos acantonados en la sociedad aparecen ahora trufados de soluciones. No hay partido que no tenga remedios para todo con tal de seguir gobernando. No hay alternativa que no llegue con el zurrón lleno de imaginativas propuestas, algunas mágicas e inverosímiles.
Pero esto es lo que hay campaña tras campaña. Hasta el Gobierno central anuncia como descollante una inversión de 13 millones de euros que se queda en el pintado de viales y arreglo de baches en carreteras de su competencia. No son los únicos, efectivamente. Aún queda campaña en la que todos lo tiran todo por la ventana. Cuidado si está debajo, no sea que le caiga algo en la cabeza.
