La Audiencia provincial condenó a José Manuel Sousa Clemente a tres años de prisión por un delito de lesiones, así como a abonar una indemnización de 15.000 euros a A.C.A., a quien agredió en la prisión de Pereiro de Aguiar el 18 de julio de 2006. Ese día, según el fallo, el acusado inició una pelea en el centro penitenciario en el que cumplía condena, con otro de los internos. En el transcurso de la misma, le propinó un puñetazo en el ojo izquierdo, causándole un hematoma con desprendimiento de retina, que exigió tratamiento quirúrgico, y que le dejó como secuelas una pérdida de agudeza visual.
El tribunal atiende, en primer término, a la declaración de la víctima, que ni en la fase de instrucción ni en el acto de juicio, incurrió en contradicción alguna, manteniendo siempre que la mañana de la agresión, el acusado se acercó a él diciéndole que le 'iba a dar', y cuando por la tarde aguardaba en una fila para coger un café, y darse la vuelta la víctima, recibió un golpe en el ojo.
El fallo estima, asimismo, el 'reconocimiento' de José Manuel Sousa, asumiendo que el día y en el momento de la agresión, perdió los estribos y golpeó a A.C.A. 'Perdí los estribos y nos liamos. Le di un puñetazo y él me dio a mí unos cuantos', había confesado el acusado a preguntas del fiscal durante la vista oral. ¿Había mediado algún tipo de provocación por parte de la víctima? El encausado lo negó. 'Tenía nervios', afirmó.
INTENCIÓN DE CAUSAR DAÑO
La sentencia desestima los argumentos de la defensa acerca de una posible 'acción imprudente'. Dado que medió un puñetazo directamente dirigido al rostro, 'no cabe entender otra intención que la de causar un daño físico', recoge el fallo. La sentencia no es firme y se puede recurrir.
El fallo estima, asimismo, el 'reconocimiento' de José Manuel Sousa, asumiendo que el día y en el momento de la agresión, perdió los estribos y golpeó a A.C.A. 'Perdí los estribos y nos liamos. Le di un puñetazo y él me dio a mí unos cuantos', había confesado el acusado a preguntas del fiscal durante la vista oral. ¿Había mediado algún tipo de provocación por parte de la víctima? El encausado lo negó. 'Tenía nervios', afirmó.
INTENCIÓN DE CAUSAR DAÑO
La sentencia desestima los argumentos de la defensa acerca de una posible 'acción imprudente'. Dado que medió un puñetazo directamente dirigido al rostro, 'no cabe entender otra intención que la de causar un daño físico', recoge el fallo. La sentencia no es firme y se puede recurrir.
