Cuando el vandalismo suplanta a la movilización

Jóvenes violentos y encapuchados protagonizaron ayer la nota discordante en una jornada que debía ser totalmente pacífica. Ocultando su cara tras pasamontañas o simples pañuelos causaron importantes destrozos en establecimientos comerciales, atacando sus escaparates -como en la tienda de Pórtico en el Paseo- o entrando en su interior y apropiándose de productos, además de tirar alimentos al suelo, como ocurrió en el supermercado El Árbol de la calle Curros Enríquez, donde no sólo se llevaron chocolatinas o pan sino incluso una maleta de viaje.
Los vándalos actuaron mezclados entre piquetes sindicales que toleraron su presencia, aunque su actuación llegó a ser tan preocupante que los dirigentes les instaron en algunos momentos a cejar en sus actos vandálicos, aunque con poco resultado. Sólo los abandonaron cuando, avanzada la mañana, todos se dirigían hacia Os Remedios para sumarse a la manifestación.
Al final, el balance deja más de 20 cristaleras destrozadas, según fuentes de la Comisaría de Policía; fachadas pintadas y cajeros automáticos rotos, contenedores tirados, jardineras volcadas en el interior de un centro social del Paseo perteneciente a NCG y basura arrojada a la vía pública.
Los agentes revisaban ayer las cámaras de seguridad de establecimientos del Paseo para intentar identificar a los autores de los destrozos, particularmente a los que hicieron acopio de hierros y vallas de una obra en la calzada de esa céntrica calle para arremeter contra escaparates y portales.

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