Un vecino de Riós, José Antonio P.V., de 48 años, fue detenido en la tarde del martes como presunto autor de los delitos de malos tratos a su mujer, tenencia ilícita de armas y agresión sexual a una hijastra que en la actualidad tiene 13 años. Cuando se produjo los supuestos abusos sexuales, la menor (fruto de una relación anterior de su mujer) tenía ocho años.
El arresto se produjo pasadas las 20.00 horas después de que su mujer, de 31 años, se personara en el cuartel de la Guardia Civil del municipio y denunciara que su marido la había agredido físicamente. La víctima relató a lo agentes que los malos tratos se venían sucediendo desde hacía más de un año y que, cada día que pasaba, temía más por su vida. Como prueba de ello, la mujer sacó de una bolsa dos pistolas, que según recoge la denuncia las tenía su pareja guardadas en el domicilio conyugal, y se las entregó a los agentes.
Las dos armas de fuego carecen de numeración y el presunto agresor no tienen permiso para utilizarlas. Los agentes recogieron las dos pistolas y cuando se disponían a instruir las correspondientes diligencias, la mujer, para mayor sorpresa aún, les alertó de que su hija le había confesado antes de desplazarse al cuartel de que el presunto agresor había abusado sexualmente de ella hace cinco años, cuando tenía ocho.
Acto seguido, la Guardia Civil se fue a buscar a la menor que, una vez en el cuartel, sostuvo que su padrastro había abusado de ella, llegando incluso a penetrarla, el domicilio conyugal, en un momento en que se ausentó su madre.
La menor, según pudo saber este periódico, se calló la presunta agresión sexual por miedo, dado que aseguró que su padrastro la tenía amenazada de muerte, no sólo a ella, también a su madre y a su hermano. La pareja está casada y tiene un hijo, además de la menor supuestamente agredida.
El detenido pasó a disposición judicial en la tarde de ayer y quedó en libertad con cargos. No obstante, el juez le prohibió, como medida cautelar, el aproximarse a la vivienda en la que habitan las víctimas. En su declaración, no reconoció los hechos que sustentan la imputación, según pudo saber este diario.
Las dos armas de fuego carecen de numeración y el presunto agresor no tienen permiso para utilizarlas. Los agentes recogieron las dos pistolas y cuando se disponían a instruir las correspondientes diligencias, la mujer, para mayor sorpresa aún, les alertó de que su hija le había confesado antes de desplazarse al cuartel de que el presunto agresor había abusado sexualmente de ella hace cinco años, cuando tenía ocho.
Acto seguido, la Guardia Civil se fue a buscar a la menor que, una vez en el cuartel, sostuvo que su padrastro había abusado de ella, llegando incluso a penetrarla, el domicilio conyugal, en un momento en que se ausentó su madre.
La menor, según pudo saber este periódico, se calló la presunta agresión sexual por miedo, dado que aseguró que su padrastro la tenía amenazada de muerte, no sólo a ella, también a su madre y a su hermano. La pareja está casada y tiene un hijo, además de la menor supuestamente agredida.
El detenido pasó a disposición judicial en la tarde de ayer y quedó en libertad con cargos. No obstante, el juez le prohibió, como medida cautelar, el aproximarse a la vivienda en la que habitan las víctimas. En su declaración, no reconoció los hechos que sustentan la imputación, según pudo saber este diario.
