Los Reyes, la clase política, familiares y amigos destacan en la capilla ardiente la honradez y austeridad de Manuel Fraga, 'que siempre pensó en el interés general antes que en él mismo'

Una despedida en la intimidad para un 'servidor del Estado'

Una vecina de Vilalba firma en el libro de condolencias en la vivienda familiar de Manuel Fraga
Los reyes, la clase política y todo el PP despidieron ayer al 'servidor del Estado' y del interés general que fue Manuel Fraga Iribarne, pero no ha sido en un acto solemne, sino en la intimidad de su domicilio madrileño. Su capilla ardiente pudo instalarse en el Congreso o en el Senado, pero sus hijos decidieron que las visitas se hicieran en la vivienda en la que 'don Manuel' residió durante estos años, sin boato de ninguna clase. Sin desfiles ni ceremonias, todas las altas autoridades del Estado han acudido al piso de Fraga y de su familia
Los reyes, el presidente del Gobierno, casi todos sus ministros, las altas autoridades del Parlamento -Jesús Posada y Pío García-Escudero-, una nutrida representación de los barones autonómicos e insignes miembros del PP se acercaron a la capilla ardiente.

HOMBRE HONRADO
Quienes se han dejado ver han lanzado un mensaje casi idéntico: Fraga fue un hombre honrado, austero y enérgico que antes que en él mismo o en su partido pensó siempre en el interés general.

Por medio de sendos telegramas, los reyes y los Príncipes de Asturias han remarcado la condición de 'gran servidor del Estado' de Fraga, de quien también recuerdan su papel en la Transición, su lealtad a España, su formación intelectual y su cariño por Galicia.

El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, uno de los más madrugadores en visitar la capilla ardiente, ya había plasmado su opinión en un artículo, en el que sitúa al presidente fundador del PP como ejemplo para superar la crisis actual y cualquier tentación de desánimo.

'Una persona decente' y un trabajador incansable son otros rasgos que cita el jefe del Ejecutivo, para quien la historia reciente de España ha de guardar un hueco para hombres como Fraga, que apostaron por la libertad y la prosperidad. Más o menos igual se ha expresado la número dos de Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Los representantes de los ciudadanos han puesto énfasis en la herencia histórica de Fraga, sobre todo porque caminó de la dictadura a la democracia y supo aglutinar al centro-derecha alrededor de un solo partido.

El expresidente José María Aznar, hijo político de Fraga, ha subrayado que su vida no puede explicarse sin la de Fraga. Lo mismo ha afirmado su mujer, Ana Botella, alcaldesa de Madrid. Ella, al igual que tantos otros, ha descrito al expresidente gallego como un referente inolvidable.

Los ministros José Manuel García-Margallo, Cristóbal Montoro o José Ignacio Wert precisamente han resaltado el protagonismo de Fraga en la redacción del vehículo a la democracia: la Constitución.

Incluso compañeros de ponencia en aquel entonces, como Miquel Roca o José Pedro Pérez Llorca, han recordado su contribución 'decisiva' a un texto que, salvo cambios puntuales, se mantiene inalterable. El PP al completo ha dejado claro que vive un día de 'pérdida' y homenaje a quien fuera su fundador, y de hecho ha instalado en su sede un libro de condolencias para que los ciudadanos le dediquen su último tributo.

Otras formaciones políticas han manifestado su pesar por el fallecimiento de Fraga, como el PSOE, cuyo candidato a secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, incluso se ha desplazado al domicilio. Lo mismo ha hecho el vicesecretario de Organización, José Blanco, otro gallego, pero en las antípodas ideológicas de Fraga. Carme Chacón, aspirante a dirigir el PSOE, ha optado por enviar telegramas de condolencias al PP y a la familia.
Más críticos han sido los partidos de izquierdas, como el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, pues ha rescatado la memoria de Julián Grimau, uno de los últimos ejecutados durante el franquismo.

Aparte de la envergadura histórica, dirigentes como Juan José Lucas y el propio Mayor Oreja han resaltado el ambiente modesto que está rodeando el fallecimiento de Manuel Fraga, una de las figuras cruciales de la democracia española.

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