La tormenta provocó graves daños en San Cibrao

Una destructiva tromba de agua

La tormenta que descargó en la tarde sobre la ciudad y sus alrededores destrozó parte de una canalización de aguas residuales del polígono industrial de San Cribrao, lo que provocó la fuga de un enorme caudal hacia un regato que desemboca en el río Barbaña. Las intensas precipitaciones anegaron la fábrica de Adolfo Domínguez, en la que ocasionó cuantiosos daños; la nave del transportista Aníbal Blanco e incluso la sede de la Asociación de Empresarios. En la ciudad, ocasionó retenciones de vehículos.
Una canalización de hormigón por la que discurren las aguas residuales del polígono industrial de San Cibrao cedió en la tarde con la presión del agua que descargó una repentina tormenta.

La rotura se produjo a la altura de la calle número 5, junto al campo de fútbol. El agua acumulada arrancó alrededor de 20 metros de estructura liberando al exterior un enorme caudal, que discurría sin control por el exterior del campo de fútbol hasta un regato que desemboca en el río Barbaña. El canal conduce las aguas fecales de las distintas empresas hasta la depuradora de San Cibrao, situada a la altura de O Piñeiral.

Un operario alertó de la rotura a los efectivos de emergencia y al lugar se desplazaron los bomberos del polígono industrial, Protección Civil de San Cibrao, Guardia Civil y técnicos de la concesionaria de aguas, que cerraron las tuberías para evitar que saliera el agua al exterior. Los técnicos de Concello de San Cibrao inspeccionaban en la tarde el vertido por si arrastraba elementos contaminantes.

Pero no fue esta la única incidencia que ocasionó la tormenta, que comenzó pasadas las seis de la tarde. El agua obligó a los trabajadores de la fábrica de Adolfo Domínguez a parar la producción, al entrar agua por el tejado, que derrumbó parte del falso techo, cayendo sobre los ordenadores, mesas y sillas.

El agua acumulada en la calle número 3 también entró por los accesos a la nave, afectando al material almacenado.

La descarga duró apenas media hora en el polígono industrial de San Cibrao, pero la cantidad de agua caída también anegó la nave de la empresa de transportes Aníbal Blanco y la propia sede de la Asociación de Empresarios. Las alcantarillas no daban tragado el caudal que discurría, sobre todo por la calle principal, lo que obligó a cortar un carril de los accesos al espacio industrial a la altura de la localidad de Reboredo.

LA CIUDAD

Retenciones a lo largo del casco urbano

La tormenta descargó con menos fuerza en la ciudad que en sus alrededores, sobre todo el polígono industrial de San Cibrao.

Aún así, el agua que discurría por el casco urbano anegó parte de un bazar chino en la calle Ervedelo y formó grandes charcos en las avenidas de Marcelo Macías, Manuel Curros Enríquez, Portugal y Zamora, provocando atascos y retenciones de vehículos en la práctica totalidad del casco urbano.

La Policía Local se vio obligada a regular el tráfico en los cruces del centro de la ciudad y salidas hacia las carreteras N-120 y N-525 para agilizar la circulación.

Eso sí, la descarga no ocasionó ningún accidente de circulación, según los datos que manejaban los agentes.

Los bomberos no recibieron ninguna llamada por posibles inundaciones de bajos comerciales, garajes y viviendas.

Mientras, la Guardia Civil de Tráfico cortó un carril de la carretera N-525, a la altura de O Piñeiral (San Cibrao) debido a una bolsa de agua que se formó en la calzada. La misma situación se producía en la OU-540, a la altura del enlace con la autovía Rías Baixas.



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