SUCESO OURENSE

El acusado del rapto en Ourense va a prisión y toda la familia, imputada

El detenido ingresó en prisión tras declarar en el Juzgado acusado de detención ilegal, agresión sexual y lesiones a la víctima

El miembro del clan de los Madriles Javier G.J., de 40 años, detenido el pasado domingo por presuntamente retener a una mujer durante más de un mes en su casa y violarla de forma continuada, así como agredirla físicamente, ingresó ayer en la prisión de Pereiro de Aguiar acusado de los delitos de detención ilegal, agresión sexual y lesiones. 

El titular del Juzgado de Instrucción 1 de Ourense dictó su ingreso en la cárcel comunicada y sin fianza pasadas las tres de la tarde, al tiempo que imputaba al resto de su familia, sus padres (Ana y Luis) y a tres hermanos (Ángel, Alberto y José Luis, este conocido como Charly) un delito de cooperación necesaria al entender que supuestamente participaron los cinco en la retención de la mujer en la vivienda en la que reside toda la familia, de etnia gitana, situada en la rúa Dalia, en los aledaños del cementerio de San Francisco.

La familia es conocida en los juzgados y ambientes policiales como el clan de los Madriles, dada su actividad delictiva y la violencia con que actúan en la vía pública. Los padres del ya recluso prestaron declaración en la tarde de ayer ante el juez. También lo hicieron dos de los hermanos, faltando por testificar un tercero, Alberto, que, al parecer, fue durante un tiempo novio de la víctima.

Acaba de salir de prisión

Javier G.J. llegó a las dependencias policiales desde los calabozos de la Comisaría poco antes de la 12,00 horas. En el exterior permanecía su madre, que en reiteradas ocasiones aseguró que su hijo -el detenido- hacía ocho meses que salió de prisión (cumplió una condena por propinar una brutal paliza a dos jóvenes, a los que golpeó, junto con un hermano suyo, con una barra de hierro). La mujer también recordó  que estaba bajo tratamiento psiquiátrico.

La matriarca intentó en varias ocasiones sin éxito ver a su hijo e incluso hablar con el juez. Este comenzó a tomar declaración a Javier G.J. pasadas las 12,00 horas. En el acto, que se prolongó hasta poco antes de las tres de la tarde, también testificó la víctima, que, según pudo saber este periódico  aseguró que no le permitían salir de la vivienda, en la que fue agredida sexualmente de forma continua. En caso de negarse, el agresor se mostraba violento y la golpeaba. La mujer presentaba varias lesiones en diferentes partes del cuerpo.

Por contra, el presunto agresor negó los hechos que se le imputan, argumentando que la mujer se fue a vivir con él por voluntad propia y que las relaciones sexuales fueron consentidas, y que tenía libertad para marcharse de la casa

Este mismo argumento lo esgrimía su madre en repetidas ocasiones en el exterior del juzgado, aunque la mujer reconoció que su hijo a veces la agredía físicamente porque se ponía muy nervioso. 

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