Los expertos creen que el filtro más grave de la crisis ha pasado, pero ha dejado "el tejido económico muy tocado"
Los concursos de acreedores, procedimiento que ha sustituido a las antiguas quiebras empresariales, bajan su intensidad, también en Ourense. El proceso concursal llega cuando la viabilidad de una empresa está en riesgo, a veces para salvarla, en ocasiones para proceder a su liquidación. En España en el segundo trimestre de este año se contabilizaron 1.870 concursos, un 30% menos que en el mismo periodo del año anterior. En Ourense, entre marzo y junio tuvieron que acudir a este procedimiento quince empresas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Un informe de Infoconcursal señala que en la provincia el descenso en lo que va de año es del 34,21% en relación al pasado ejercicio, un porcentaje que ha crecido notablemente en relación a los últimos cuatro años. En Ourense, en el 2011 se produjeron 31 concursos de acreedores, 32 en el 2012 y 38 un año después, según la citada fuente.
¿Significa este descenso que la crisis ya no se ceba tanto en la supervivencia de las empresas? Es arriesgado llegar a esa conclusión. "La bajada en el número de concursos no es tanto un síntoma de una recuperación, porque la economía no ha crecido un 30%", sostiene Ángel Pascual, economista y presidente de la Asociación Gallega de Administradores Concursales (Agaco). Y añade: "Creo que el filtro más grande a nivel económico ha pasado, pero ha dejado el tejido económico muy tocado". Es más, cree lógico que se mejoren los índices estadísticos de supervivencia empresarial porque "poco queda", en referencia a que cuantas menos sociedades mercantiles quedan, menos pueden quebrar.
De todos modos, los datos del INE revelan también la idiosincrasia industrial y empresarial ourensana: empresas pequeñas, poca industria y pocos trabajadores afectados. De las quince mercantiles que se acogieron a la Ley Concursal en el segundo trimestre de este año en Ourense, tres se dedicaban a la producción de bienes intermedios en la industria, una de consumo duradero, otra a la promoción inmobiliaria y otras dos al sector de la construcción. Al comercio al por mayor se dedicaban tres, una a transporte y almacenamiento, una a hostelería y el resto a otras ramas del sector servicios.
Por lo que respecta al tamaño de las empresas afectadas y su impacto laboral, el INE un tercio de ellas no llevaban a facturar 250.000 euros al año y solo una mantenía un volumen de negocio por encima de diez millones de euros. En cuanto a la antigüedad de las concursadas, un total de cuatro tenían más de veinte años de actividad.
Ahora bien, el que una empresa acuda a la Ley Concursal no significa que vaya a desaparecer, aunque a la liquidación están abocadas el 90% de ellas.
