Eva Sotelo es bombera forestal y jefa de la brigada de O Irixo. Su trayectoria al frente de la extinción de incendios no siempre fue fácil, tuvo que lidiar con compañeros que no la respetaron por ser joven y mujer. Con todo, ella apunta alto y se ve jefa de una Brif
"As mulleres podemos traballar nos lumes sen ningún problema, somos poderosas”, indica Eva Sotelo. Esta ourensana, de 34 años, es jefa de la brigada antiincendios de O Irixo y una de las dos mujeres con este puesto en la provincia. La proporción de trabajadoras en este oficio es ínfima, representan el 2% del total. En toda Galicia solo hay 22 bomberas y en Ourense apenas se cuentan con los dedos de una mano. Si en número son pocas, al frente de cargos de mayor relevancia son incluso testimoniales.
Un ejemplo es el de Sotelo, que nunca dudó en abrirse paso en un oficio socialmente muy masculinizado. “Os incendios chámanme a atención desde cativa. Eu vivo en Cudeiro e sempre que ardía Vilar de Astrés achegábame coa bicicleta ou camiñando e observaba o avance cos prismáticos do meu pai”, recuerda. Así, con su vocación clara, estudió forestales. Sin embargo, a continuación cursó para ser técnica de enfermería y trabajó durante unos años en el hospital. Pero Sotelo sabía que no estaba destinada a ello, sino a estar al frente de los fuegos.
Se estrenó como jefa nada más y nada menos que con los incendios del 2022, que arrasaron cerca de 33.000 hectáreas solo en la provincia. “Ao principio foi moi complicado, sobre todo cando ardeu Valdeorras e se xuntou co do Courel e o parque Invernadoiro”, asegura. O Irixo tampoco se libró del fuego. Más de 2.000 hectáreas quedaron completamente arrasadas, incluso algunas zonas de viviendas.
Lidiar con el machismo
Durante el primer año, su propio equipo no se lo puso nada fácil. Mientras sus compañeros acudían diariamente a realizar su trabajo sin ningún tipo de cuestionamiento, Sotelo se encontró con un panorama medieval. “Traballaba con xente maior e que unha muller nova fose xefa non o levaban ben”, relata. Desde actitudes hostiles a violencia física. “Eu decía o que había que facer ou por onde tiñamos que ir, pero sempre había dous que argallaban todo e acababan indo por outro camiño. Non me facían caso”, recuerda.
En una ocasión, acudió a verles un agente -que manda sobre el jefe de brigada- y les indicó que tenían que medir un camino. “Chovía e mandáronnos facelo subidos nun vehículo. Un deles negouse e dixo que non ía pasar, eu indiqueille que eran ordes superiores. Lazoume unhas chaves que me deron na cara”, recuerda.
Sin embargo, esta temporada se presenta un panorama diferente. Su nuevo equipo, formado por bomberos más jóvenes, tiene otra actitud. “Aínda non comezaron os incendios fortes pero hai moi bo rollo entre todos”, apunta.
Jefa de una Brif
Para Sotelo está claro que apagar fuegos no es sólo cosa de hombres. “Para nada, está moi masculinizado pero non hai ningunha xustificación para iso”, explica.
Ella, lejos de los estereotipos, apunta alto: “A miña idea é chegar a ser a primeira xefa dunha Brif”, indica. La solicitaron en la Brif Laza y en la Brif de Tineo (Asturias), pero no pudo incorporarse porque estaba en otro trabajo.
“O ano que ven alá vou. Eu aspiro alto. Se vas a un exame pensando que vas a polo cinco, vas sacar un tres. Eu sempre vou a polo dez”, señala la ourensana, que tiene ganas de un cambio en las responsabilidades.
Además, aprovecha para lanzar un mensaje: “Podemos desenvolver o mesmo traballo ca os homes. Eu animo ás mulleres a que traballen nos servizos de incendios forestais, sexa como xefas de brigadas ou coma peóns”.
