Si algo evidenció el pleno municipal de septiembre es que el PP está dispuesto a servir de sostén al gobierno de Jácome este mandato. Lo hizo el pleno anterior -ayudando a sacar adelante el pliego de las luces de Navidad- y lo volvió a hacer ayer con la ordenanza de terrazas. Todo ello, el día en que se oficializó la renuncia de Manuel Cabezas como edil, un hecho que el alcalde aprovechó para atacar a los populares.
La pareja que forman, indirectamente, Jácome y el PP es, cuanto menos, extraña. Jácome aprovecha cualquier ocasión para atizar al PP, y estos reconocen que no les gusta un pelo su “socio” de conveniencia. Pero siguen adelante. Ayer, el regidor aprovechó para atacar a los populares con la marcha del que fue su candidato, ante un inexplicable silencio de los compañeros de lista de Cabezas, que hicieron mutis por el foro ante las críticas. Y, tras ello, el regidor aprovechó para cargar contra Pepe Araújo, al que acusó de amarrarse a la silla “con dos cojones (sic)” y de “humillarse” por el sueldo. Pero este no se quedó callado. No tardó en responder el otrora líder de Ciudadanos, quien comparó a Jácome con el Don Celedonio de “O porco de pé”, la célebre obra de Vicente Risco: “Vostede ascendeu de porco a marrau, e agora a alcalde”.
Araújo, que confirmó que seguirá en las filas populares, y que recibió el apoyo público de sus compañeros de grupo, volvió a subrayar que no le gusta un pelo lo de haber hecho alcalde a Jácome: “Temos o raposo no galiñeiro, a vostede hai que vixialo, non facerlle oposición”. En todo caso, Araújo dejó claro que guardará pleitesía a las órdenes de partido, por lo que no se percibe que la curiosa relación de intereses mutuos entre PP y DO pueda romperse a medio plazo. Cada vez que Jácome necesite la abstención de los populares, parece que los tendrá de mano. O, al menos, eso se dibuja del inicio de mandato.
Mientras tanto, el presidente de PPdeG, Alfonso Rueda, se despidió ayer de Manuel Cabezas y aprovechó para hacer una llamada a filas a sus concejales en la ciudad, para evitar que se visibilice un “vacío de poder” tras la marcha del que fue candidato. En este sentido, Rueda reconoció que había tenido conversaciones con Cabezas previas a su renuncia y defendió su decisión de irse. “A súa intención cando se presentou era xestionar e para iso fai falta ser alcalde e gobernar. E non era posible. Esa era a razón fundamental”, apuntó el líder de los populares gallegos, que ya dejó claro que Cabezas dejará también la presidencia del partido en la ciudad: “É o presidente local e haberá que facer unha substitución, pero ten a vontade de seguir botando unha man e axudar. Falou mesmo de axudar cando cheguen as eleccións autonómicas e eu agradézollo”.
Rueda dejó claro que le preocupa lo que pueda ocurrir: “Agora a responsabilidade é que non se produza un baleiro de poder, que o traballo de oposición que hai que facer en Ourense se faga ordenadamente e este cambio non supoña deixar de traballar”.
