La variedad en la oferta de ocio y el nivel de las orquestas, entre los puntos fuentes del programa
El barrio de A Ponte despidió las fiestas y nadie cantó el "Pobre de mí". A cambio, los fuegos del Apóstol. Opiniones de todos los gustos, aunque son mayoría los que aseguran que han sido las mejores de los últimos años.
Es la una y media de la tarde y José Luis Gonzalez está recogiendo los bártulos frente a la estación de ferrocarril. "Han sido más días que otros años y eso se ha notado. Yo llevo ya 39 años viniendo con las atracciones". Una pequeña observación, "los fuegos debían volver a ser el día 24, que el siguiente es festivo y la gente puede quedarse hasta más tarde". Y sigue a lo suyo, Pobra de Trives, Escairón, Baños de Molgas o Entrimo, próximas estaciones para los feriantes.
Yolanda Guerra ha repetido este año detrás del mostrador de la cafetería Milenium, en la rúa Xesús Pousa. "Este año ha ido mejor que otros, el mejor día fue el lunes. El hecho de tener atracciones enfrente nos ha ayudado, hemos tenido que sacar más mesas".
A su lado, María Luis Carballo atiende en O Forno do Tomás. Ha sido el quinto año que ha coincidido con las fiestas. "No ha estado mal, los mejores días fueron sábado y martes, vendimos el doble que un día normal, Sale mejor cuando el día de Santiago coincide en sábado o domingo, porque la gente no se va". Empanada, pan y dulces, lo que más ha despachado.
Muy satisfecho quedó un vecino, Juan Pérez. "Han mejorado mucho, las orquestas han sido mejores y en general han sido unas fiestas más variadas", relata.
Contento ha quedado también Matías Vázquez. Su negocio, La Fugazza, hizo el julio. "Mucha gente, mejor, mejor que otros años. Con la orquesta esto se puso a tope".
Lo único, las fiestas no han implicado la búsqueda de suerte. Al menos en el quiosco de la ONCE de Luis Nóvoa. "Igual que siempre, menos incluso. Las fiestas no me han supuesto ningún incremento en las ventas. Al contrario, entre tanta barraca ni se me ve".
Es miércoles y A Ponte vuelve a la rutina, grupos de niños con monitoras y gente con bolsas. Y operarios limpiando.
Los “food trucks", moda que se reafirmó en A Ponte
El barrio ourensano de A Ponte no pudo resistirse a la comida a pie de calle, los "food trucks", caravanas en las que comprar alimentos. A Ponte siguió la estela de A Valenzá y la Alameda, que ya lo testaron con éxito. Comida pero también música. Cristóbal Cudeiro, pontino, publicista, se encargó de organizar el operativo del "Street Food". Mientras recoge, remarca que "ha estado muy bien, ha venido mucha gente, sobre todo lunes y martes. También el sábado. En líneas generales, la aceptación ha sido muy buena".
Gente, mucha o poca, una manera de valorar el grado de aceptación y seguimiento de una iniciativa. "Lo de los puestos de comida en la calle interesa. Y con esto es con lo que nos quedamos. Ahora, es un dato también que esto siempre triunfa mucho más por la noche, de día el mejor es el domingo", concluye.
Cristóbal Cudeiro recogía en la rúa Vicente Risco y otros lo hacían en Basilio Álvarez, cortada toda la mañana porque una grúa gigante se afanaba en desmontar atracciones, entre ellas una taquilla que se hacía la remolona y daba problemas. También Xesús Pousa, abierta a última hora.
Mientras, la administración de loterías El Mirlo Blanco, en la avenida de As Caldas, ya tiene colgado el número escogido para el sorteo de Navidad, el 47.870.
