Acusa por un delito de maltrato, mientras la acusación particular dice que hubo agresión sexua
El representante del ministerio fiscal elevó ayer a definitivas las conclusiones de su escrito de calificación provisional en el que acusaba a Roberto R.V. de un delito de maltrato pese a que la acusación particular, la que ejerce la víctima, sostuvo que fue violada en repetidas ocasiones en la tarde del 21 de octubre de 2008. Por ello, mientras que la acusación particular reclamó al tribunal de la Audiencia que lo juzgó una pena de ocho años de prisión por lesiones y agresión sexual, el ministerio público rebajó a un año por un delito de maltrato, aunque, según añadió, entendería que fuera menos en aplicación de las dilaciones indebidas a las que fue sometido el proceso judicial.
Los hechos que se juzgaron ayer ocurrieron el 21 de octubre de 2008 cuando el inculpado regresó al domicilio que compartía con su pareja, a la que había conocido unos meses antes en un club de alterne, tras dos días en los que se había ausentado porque se fue de fiesta.
Roberto R.V. aseguró que ambos consumieron ese día cocaína y que cuando ella le vio un mordisco en la espalda comenzó a discutir, presa de los celos. "Fue a la cocina y vino hacia mí con un puñal, por lo que yo la empujé contra la pared", relató a la sala. A continuación, según su versión, ella salió de casa. En cuanto a las heridas de su pareja -ella tenía una sangrante en el labio y varios hematomas- , el encausado las atribuyó a aviesas intenciones de la que fue su compañera sentimental: "Se mordería ella, porque ella tiene bastante maldad para fastidiar la vida de cualquiera", relató.
Una versión totalmente distinta dio la denunciante, quien, cuando salió de casa, fue socorrida por los vecinos ya que estaba totalmente desnuda. "Me arrancó el body, me tiró encima de la cama, me dio una cachetada y me empezó a violar", relató. Más aún, describió la escena: "Me tocaba, penetraba, maltrataba, golpeaba y me escupía", al tiempo que la insultaba, según su versión.
El fiscal recordó a la sala que la mujer no había querido someterse a una pericial psicológica para determinar la verosimilitud de su testimonio durante la instrucción de la causa, por lo que puso en duda su testimonio en torno a la agresión sexual relatada.
Por su parte, el letrado de la acusación particular hizo valer en su informe las declaraciones recogidas en el procedimiento de los tres policías que la socorrieron cuando salió a la calle. "Ante ellos, el agresor reconoce que la forzó sexualmente", dijo. No obstante, los agentes durante la vista oral de ayer aseguraron que ni acusado ni víctima habían mentado la palabra violación cuando fueron a la calle Carrierico de Ourense.
