Presidente de la Confederación de Empresarios de Ourense

Francisco Rodríguez García: ‘Tenemos que salir de la incertidumbre y para ello es necesario innovar y reflexionar’

Francisco Rodríguez, durante la entrevista en la CEO. (Foto: Miguel Ángel)
La crisis va a hacer de 2009 un año difícil para la economía ourensana. ‘No se puede cambiar la estructura productiva de inmediato, no hay una solución de emergencia’, sostiene el presidente de la Confederación de Empresarios de Ourense, Francisco Rodríguez, defiende la importancia de adoptar una actitud esperanzadora y salir de la incertidumbre actual buscando la competitividad y la innovación.
Cuando se dice que llegó retardada, realmente no fue tanto, porque el efecto en la construcción fue casi inmediato. Por lo que respecta a la repercusión, tenemos una estructura socieconómica muy peculiar en la que se da la circunstancia de que esa tendencia hacia el empleo funcionarial, de la que nos quejamos tanto, es lo que ahora nos protege en cierto modo, hace que el drama del paro sea menos extenso que en otros sitios. Por lo demás, tenemos la construcción, la automoción y, en otros sectores, casos concretos de empresas. Pero no son suficientes patas o suficientemente sólidas; no hay un tejido industrial amplio, armónico.

¿Qué va a pasar este año con el empleo?


Tomando, por ejemplo, los datos del sector de la automoción indican que en Galicia la matriculación bajó un 27% de 2007 a 2008 y en Ourense la situación de la automoción llevará a un 75% de las firmas a precisar de financiación para continuar su actividad. Esto tiene su coste e irá ‘in crescendo’.Cabe pensar que se va a agudizar en 2009.

¿Hay algún sector que pueda absorber ese empleo que se pierde?


Quisiera dar una respuesta positiva, pero la realidad cruda es que, a corto plazo, no. No se puede cambiar la estructura productiva de inmediato, no hay una solución de emergencia a la crisis, ni se la espera. A largo plazo, depende también de que los indicadores se vayan corrigiendo. Primero, que el crédito fluya. El dinero que se hizo llegar a las entidades financieras no llega a las familias ni a las empresas. Empresas viables económicamente hace un año y que pueden serlo pronto podrían fallecer porque no tienen el flujo de dinero que les permita hacer frente a la situación actual. Pero no todos los indicadores son malos: la bajada del Euríbor o la del petróleo son esperanzadoras. También llegará un momento que se nos olvide que estamos en crisis, aprendamos de nuestros errores y empecemos a cambiar ciertas pautas y hablar de competitividad. No tenemos más remedio que tirar hacia adelante.

Los gobiernos prometen obra pública contra la crisis, ahora en concreto con el Fondo Estatal de Inversión Local. ¿Es una salida?

El problema es estructural, no se puede solucionar una acción concreta. Si se me permite la comparación: si en un desierto estoy a un vaso de agua de morirme y me lo dan, y luego me encuentro el oasis, me salvo. Esto es un vaso de agua, bienvenido sea. Ahora con este plan hay una pequeña reactivación, aunque bastante es que la inversión pública se mantuvo.

Se ha repetido muchas veces la necesidad de cambiar el modelo productivo por otro basado en el I+D. ¿Va Ourense por este camino?

Al final hablamos de competitividad, de buscar el producto más atractivo al menor precio. Para eso se necesita innovación constante. Entre las empresas ourensanas, como todas, las hay que innovan y otras se están dejando llevar. Ahora estamos instalados en la incertidumbre, pero tenemos que habilitar medios para salir de ella, buscar certezas a largo plazo, y para ello es necesario que se innove y reflexionar continuamente. Además, Ourense tiene un Parque Tecnológico que se desarrolló espectacularmente, como no imaginamos al principio.

Hay muchas esperanzas en la llegada del AVE. ¿Realmente será tan beneficioso?


No. El AVE tarde o temprano llegará, pero hay muy pocas cosas en la vida que sólo tengan ventajas. El tren tendrá muchas, pero también algún inconveniente, porque va a permitir traer, pero también llevar. Pero la innovación requiere gente con preparación que exige unas remuneraciones en dinero y calidad de vida acordes. En el pasado, al intentar captarlos para empresas como Ourense tenían que asumir un importante aislamiento. Ahora estaremos a dos horas de Madrid, con comunicaciones interiores que van mejorando y con nuevas tecnologías. Es uno de los muchos aspectos para la esperanza.

¿Existe pasividad en la sociedad ourensana, en concreto del empresariado, a la hora de reivindicar mejoras?

Depende de la perspectiva, quizá nunca sea suficiente. Pero yo soy testigo de luchas de políticos ourensanos con sus propios partidos, que no llegan al público. Y yo, como presidente de la Confederación de Ourense, me estoy peleando con las de otras provincias para hablar de Ourense. ¿Qué nos falta? Arti cular nuestras necesidades, eliminar cuestiones basadas en agravios comparativos del tipo ‘si éste tiene un Teatro de la Música yo quiero otro’ y atender a cuestiones reales que producen prosperidad a largo plazo, como infraestructuras o I+D.
Quizá también falta ser un poco más generosos con nuestros conciudadanos que despuntan, sentirnos orgullosos de ellos, e igual conseguimos animar a gente que tenemos fuera a que venga y desarrolle su potencial aquí.

En otro orden de cosas, los problemas en Cámara de Comercio hacen que esté siendo cuestionada y se ha criticado a la CEO por consentir lo que ocurre.

La Cámara es un ente autónomo. Sería una soberbia que la CEO se constituyese como un ‘alter ego’‘ de la Cámara. El hecho de que haya gente nuestra allí no supone que la CEO dirija la Cámara, sino es gente que dedica su tiempo a las dos entidades. Allí están tratando de resolver esa situación, pero no queremos meternos. Lo que pedimos es que estas cosas se arreglen desde dentro. Si nos piden opinión, se la daremos, pero no nos inmiscuiremos. Lo que tenemos que hacer es ayudarles a resolver los problemas, porque es lo que importa a los empresarios, porque desde fuera no se comprenden esas luchas intestinas. Pero no es cierto que la CEO controle la Cámara, rotundamente no.

Este año tocan elecciones al frente de la CEO. ¿Volverá a presentarse?


Yo creo en los proyectos colectivos. Esta una cuestión que tenemos pendiente hasta que pasen las elecciones autonómicas. Pero será lo que decidamos colectivamente. Yo -aunque estoy un poco desautorizado porque lo digo cada año y me pueden creer o no- sinceramente quiero dejarlo. En último término es una decisión personal, pero no estrictamente; es el equipo el que va a decidir.

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