La empleada de Katss, en el número 33 de la calle Progreso de Ourense, hacía apenas seis minutos que había cerrado la tienda de moda cuando un abundante humo negro comenzó a colarse por debajo de la puerta. Los vecinos del edificio, de seis plantas, fueron los primeros en llamar a los bomberos de la ciudad que movilizaron a tres coches (dos autobombas y una autoescalera) con once efectivos, además de Protección Civil, Policía Local y Emergencias Médicas.
Para acceder, dada la urgencia de su intervención, tuvieron que romper con dos cizallas la persiana exterior, tiempo en el que llegó la encargada para proporcionarles la llave de la puerta principal. Los bomberos hicieron uso de una cámara térmica dado el abundante humo negro para localizar el foco del fuego al fondo del comercio, al lado del cuarto de baño, en donde había perchas apiladas y ropa, pero ningún enchufe, de ahí que las causas del incendio quedaran ayer bajo investigación. Pese a que, según fuentes próximas a la propietaria, los daños están aún sin valorar, fueron cuantiosos. 'El humo afectó a toda la ropa de la tienda, a toda la colección de esta temporada', aseguró Emidio Palmeira, además de los desperfectos que obligarán a cerrar durante unos días el negocio. Según calcula, en la tienda habría ayer cerca de 2.000 prendas.
Los bomberos evacuaron a los vecinos de la sexta planta como medida preventiva durante la extinción (el resto ya estaba en la calle). También tuvieron que refrigerar dos bombonas de butano que había en el interior para evitar que liberasen gas.
Asimismo, los bomberos de la ciudad acudieron a las 9,53 horas de ayer al número 33 de la avenida de Portugal, una vivienda ocupada por indigentes donde un colchón comenzó a arder.
Los bomberos evacuaron a los vecinos de la sexta planta como medida preventiva durante la extinción (el resto ya estaba en la calle). También tuvieron que refrigerar dos bombonas de butano que había en el interior para evitar que liberasen gas.
Asimismo, los bomberos de la ciudad acudieron a las 9,53 horas de ayer al número 33 de la avenida de Portugal, una vivienda ocupada por indigentes donde un colchón comenzó a arder.
