La Plataforma Profesional de Facultativos de Galicia comenzó un encierro en el despacho de Jiménez

El gerente del CHOU cree inoportunos los ‘gritos’ de los médicos en la visita de Touriño

Doce médicos que integran en Ourense la Plataforma Profesional de Facultativos de Galicia, que defienden la reformulación del complemento específico que ahora cobran sólo aquellos con dedicación exclusiva, comenzaron ayer un encierro indefinido en el despacho del gerente del CHOU. Este último entiende la legitimidad de sus reivindicaciones pero considera inoportuna la actitud exhibida durante la última visita de Touriño: ‘Estuvo mal que gritasen cuando al lado están pacientes ingresados’.
Doce médicos adscritos a la Plataforma Profesional de Facultativos de Galicia (Cesm y O'Mega) comenzaron a las 8,45 horas un encierro indefinido en el despacho del gerente del Complexo Hospitalario de Ourense hasta que, en sus propias palabras, ‘la Administración dialogue con nosotros’. Según precisó Emilio Armada, uno de los médicos convocantes del encierro, que se extenderán por otros hospitales gallegos, esta medida de presión es fruto de ‘100 días de huelga que no sirvieron para nada por la cerrazón a negociar’. Su principal caballo de batalla es la reivindicación de un complemento específico que abarque cuatro conceptos diferenciados: dedicación exclusiva, penosidad, dificultad técnica y peligrosidad, y que, según dice, se cobra en otras autonomías. Sanidade abona el complemento específico (825 euros brutos al mes) a los médicos con dedicación exclusiva al servicio público de salud.

Alguno de los médicos encerrados participó el miércoles en la protesta convocada con motivo de la presencia del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, en la inauguración de la Unidad de Hemodinámica. Precisamente, el gerente del CHOU, José Luis Jiménez, valoró el derecho legítimo a reivindicar mejoras profesionales pero ‘me pareció mal que 10 profesionales gritasen en un hospital cuando muy cerca están pacientes ingresados’.

Por contra, el gerente no se manifestó molesto con la ocupación de su despacho por los participantes en el encierro. ‘En este primer día no me incordiaron ni me molestaron por lo que mantengo mi absoluto respeto hacia ellos’, aseveró, para agregar que descarta cualquier tipo de medida coercitiva. Jiménez entiende que la medida de presión ‘es una medida desesperada, ‘in extremis’ de un colectivo cuyas reivindicaciones ya fueron respondidas múltiples veces de forma negativa’. Por su parte, fuentes de la Consellería de Sanidade ratificaron su compromiso a no negociar resaltando que el colectivo no supera los 15 médicos en toda Galicia.

Al primer día de encierro se sumaron los dirigentes de los sindicatos convocantes: Cándido Andión, del Cesm, y Víctor Crespo, máximo representante de O Mega.


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