Una huerta en Ourense donde cultivar la salud

Sanitarios y usuarios del Hospital de Día de Psiquiatría del CHUO posan en la huerta de Mariñamansa.
photo_camera Sanitarios y usuarios del Hospital de Día de Psiquiatría del CHUO posan en la huerta de Mariñamansa.

El Hospital de Día de Psiquiatría del CHUO fomenta diversas actividades para mejorar la calidad de vida de sus usuarios. Entre ellas, el cuidado de dos huertas: una, situada en la terraza del hospital, y la otra, en el barrio de Mariñamansa

A los cinco profesionales del Hospital de Día de Psiquiatría del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) no les faltan ideas. Atienden y pasan consulta a sus pacientes, pero también les ofrecen multitud de actividades para mejorar su calidad de vida: clases de baile, de cocina, musicoterapia, excursiones, paseos… y hasta una huerta comunitaria. “Cuando el confinamiento se acabó, empezamos a utilizar la huerta de la terraza del hospital, hasta entonces sin uso”, explica Cándido Amorín, psicólogo clínico del servicio. Desde entonces, ya con varias cosechas a sus espaldas, en los bancales cultivaron todo tipo de hortalizas, plantas aromáticas, frutas e, incluso, plantaron árboles. “Ahora mismo tenemos varios frutales, un manzano, un peral, tenemos zona de cactus, enredaderas… tenemos de todo”, detalla el facultativo. 

El espacio de la terraza acabó por quedarse pequeño para la actividad, así que solicitaron el uso de una huerta municipal, y se la concedieron. “Nos dieron una huerta en la zona de Mariñamansa, a la que podemos ir desde el CHUO dando un paseo, que también nos viene bien”, apunta. En el nuevo terreno, usuarios y profesionales han plantado, sobre todo, patatas. “El 90% de la huerta lo utilizamos para patatas, aunque también plantamos tomates, lechugas, calabacín y calabazas”, señala. 

La otra huerta, situada en la terraza del CHUO.
La otra huerta, situada en la terraza del CHUO.

El equipo de agricultores se divide según las aptitudes personales, pero todos colaboran, tanto en el cultivo como en la recogida: “Hay pacientes que saben mucho de la huerta, porque le gusta o porque de toda la vida han tenido un terreno, así que cada uno aporta lo que sabe, y el que no, aporta mano de obra. Entre todos vamos colaborando”.  

Los beneficios

Los usuarios del Hospital de Día son pacientes con trastornos mentales graves, aunque no todos están en la misma situación. “Tenemos 26 pacientes que están ingresados, aunque duermen en sus casas o en pisos compartidos, y después tenemos pacientes que están dados de alta y que vienen de vez en cuando”, explica Amorín. Para todos, los beneficios van mucho más allá de recoger los frutos de las cosechas. “Este tipo de actividades nos permite estimular y mejorar su autoestima, su autogestión personal, el manejo de las emociones, disminuir la dependencia de otras personas y reducir los episodios críticos”, argumenta. En el último año, solo registraron dos ingresos por episodios de este tipo entre sus pacientes, y de tipo liviano: “Es un dato muy importante”.

El profesional pone en valor el trabajo del equipo del Hospital de Día y da cuenta de la implicación de los sanitarios: “Es clave para que funcione. Nosotros nos vamos a las excursiones, a las clases de baile, al huerto… aunque sea fuera de nuestro horario laboral”. En esa línea, recuerda el grupo de WhatsApp conjunto de usuarios y sanitarios: “Lo creamos en el confinamiento, para estar en contacto con ellos y que pudiesen escribirnos o llamarnos, y sigue activo. Se llama Irmandades dos Insomnes”.

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