Jardinería

Huerto urbano: del balcón al plato

20210520192558302_resultado
photo_camera Tomates.
Cultivar nuestras propias verduras puede ser una actividad muy satisfactoria que reúna a la familia y que suponga una manera de conectar de manera directa con la naturaleza

Cuando pensamos en que plantar en nuestro balcón, se nos vienen a la  cabeza especies vegetales ornamentales, ignorando toda una gama de posibilidades hortícolas que se pueden adaptar sin problema a nuestro  balcón, eso sí, necesitan de exterior. Podemos hablar de diversas  variedades dentro de cada especie, que se pueden adaptar mejor o peor a  la vida en el balcón, pero hablemos de las especies.

Comencemos por un clásico en lo referente a huertos urbanos: el tomate. Esta especie de solanácea se adapta muy bien a un huerto hogareño en  pleno centro de cualquier ciudad, pero como el nombre de su familia indica,  requiere mucho sol, así que, si queremos cultivarla, será preferible un  balcón orientado al sur. Se siembran en primavera, por lo que aún estamos  a tiempo, pudiendo recoger nuestros tomates en verano, de cultivarlos  ahora, hablaríamos de finales de agosto o incluso septiembre. Existen decenas de variedades y cada una tiene cuidados particulares, pero a rasgos  generales, hablamos de una especie que necesita una temperatura de entre  20 y 35ºC y entre 6 y 10 horas de sol para su correcta floración. Además, no  es exigente con los riegos, prefiriendo riegos separados en el tiempo y no  muy abundantes.

Otra posibilidad que podemos incorporar a nuestro particular huerto, son las lechugas. A diferencia de los tomates, las lechugas se pueden cultivar  bien todo el año. Crecen rápido y sin causar quebraderos de cabeza, son perfectas para principiantes. En cuanto al riego, se suelen regar unas dos veces a la semana, dependiendo de la humedad ambiental, en pleno verano, será indicado regarlas dos veces, pero en otoño, podremos reducirlas a una. Al igual que en el caso de los tomates, existen diversas variedades aptas para nuestro huerto.

Otra solanácea interesante, serían los pimientos, que, junto con los pepinos, se trasplantan en primavera, cuando las temperaturas superan los  15ºC. Ambas son plantas que requieren de macetas de unos 15 litros. No necesitan tanta luz como los tomates y el riego puede ser de una dosis semanal. En cuanto a las cebollas se pueden cultivar durante todo el año. Los mejores meses son diciembre, enero, febrero y marzo y a partir de abril se puede empezar a realizar la recolecta.

Si ya pensamos en el verano, destacan las variedades tempranas del brócoli, las coles, las coliflores o la escarola, todas en septiembre; el apio a finales de agosto, las lechugas de invierno, la acelga o los canónigos, además del rabanillo que se cultiva todo el año o el puerro.

Para nuestro particular huerto, es recomendable utilizar un sustrato elaborado con mezcla de humus de lombriz y fibra de coco. En niveles mas avanzados de horticultura podremos buscar un sustrato que adapte sus 

nutrientes a las necesidades de cada especie de manera individual. 

Si queremos comenzar el proceso de cero, desde una semilla, deberemos considerar que clase de recipiente utilizaremos. Es recomendable no hacerse con materiales caros e ir probando diferentes variedades, para poder ver cual nos convence más mientras le vamos  cogiendo el gusto a eso de cultivar nuestras propias hortalizas.

Te puede interesar