La mayor parte de las operaciones del año son de vivienda usada, ante la falta de nueva construcción
Mientras en el año 2016, el sector inmobiliario, a través del mercado de la vivienda en propiedad, facturaba 143.963.000 euros, en este 2017, y a cierre provisional del actual ejercicio, ha pasado a facturar 138.927.000 euros. Son datos recogidos por el informe anual de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Esto significa que se han facturado 5.036.000 euros menos.
La explicación está en el reparto entre vivienda nueva y usada en el conjunto de transacciones realizadas durante 2017. En concreto, de las 1.585 viviendas vendidas durante el año, tan sólo 336 fueron de nueva construcción, resultando las 1.249 restantes de segunda mano.
La vivienda nueva representaba en el 2016 una facturación de 24.794.000 euros frente al cierre provisional del presente ejercicio, que se queda en 18.867.000 euros; es decir, 5.927.000 euros menos que el ejercicio anterior.
Esta situación se está repitiendo desde hace tres años, según los datos barajados por Fegein, que reflejan que en 2016, de las 1.408 operaciones realizadas, 1.078 correspondieron a vivienda usada y sólo 330 a nueva. Y en 2015 ya se abría esa fractura, aunque en menor grado, ya que de las 1.235 operaciones totales realizadas, 849 eran de vivienda usada y 386 de nueva construcción. Esto se traslada a los niveles de facturación.
Desde la asociación de inmobiliarios reclaman desatascar el Plan Xeral de Ordenación en la capital para abrir la posibilidad de que se renueve su parque inmobiliario. Consideran que los datos que muestran en su informe demuestran que hay interés por la compra de piso -no ha dejado de crecer en los últimos tres años-, pero los compradores se encuentran con que apenas se construye vivienda nueva desde hace ya ocho años.
"El crecimiento en la comparativa interanual de nuestra provincia en el mercado de compraventa de viviendas se ha incrementado un 10,8% y un 80% de las transacciones han correspondido a inmuebles usados", señala el presidente de Fegein, Benito Iglesias.
Concellos limítrofes
Otro de los efectos nocivos apuntados por el informe y ligado a esa falta de Plan Xeral en la ciudad de Ourense es que "se corre el riesgo de que se vacíe la ciudad en beneficio de los municipios cercanos", porque, según indican, "está disparándose el valor del suelo finalista existente en la capital ante la falta de un Plan General y seguridad jurídica urbanística, lo que se traduce en subida del precio de la vivienda nueva", señalan desde Fegein.
