Dos investigadores de Ourense, salpicados por el fraude universitario de Arabia Saudí

Los ministerios de Universidades y Ciencias buscan a contrarreloj soluciones para evitar “disfunciones” como el posible pago a científicos españoles por parte de instituciones de Arabia Saudí que desean, a toda costa, escalar posiciones en el llamado ránking de Shanghái, un codiciado listado que mide anualmente la calidad de todas las universidades del mundo y que, en la práctica, sirve para ganar prestigio, fondos y alumnado, entre otras cuestiones. La farsa de los académicos árabes afecta a una decena de investigadores españoles, dos de ellos del Centro Tecnolóxico da Carne, un organismo ubicado en San Cibrao y que depende de la Xunta. La obsesión por avanzar puestos en el ránking de Shanghái corrompe a instituciones académicas de Arabia Saudí. La investigación reciente de una consultora de Barcelona subraya la “opacidad” de los pagos de estas universidades: el modus operandi es contactar con los llamados Highly Cited Researchers -Investigadores Altamente Citados-. Estos científicos destacan por una prolífica publicación de artículos, uno de los indicadores que mide el ránking de Shanghái para otorgar puestos a las instituciones. Cuantos más Highly Cited Researchers estén afiliados a la institución, mejor sitio en la lista. Así, la Universidad Rey Saúd de Riad pidió hasta a una docena de investigadores españoles -entre ellos Mirian Pateiro y Rubén Domínguez, del Centro Tecnolóxico da Carne- que se afiliasen en primer lugar a su universidad. Se trata de un trámite que solo deja huella en otro de esos codiciados listados: el de Clarivate. Orden de filiación Con este cambio, los científicos españoles señalan en su currículo que su primera universidad de afiliación es Arabia Saudí: una institución en la que, como han reconocido abiertamente varios científicos, ni han estado ni realizan proyectos allí. Sin embargo, este sencillo trámite coloca a la Rey Saúd de Riad como una de las instituciones con más investigadores altamente citados del mundo. La realidad es bien diferente: la institución en la que establecen su sede de trabajo los científicos es, en realidad, la segunda que aparece en la afiliación. Pero esta ya no se cuela en el ránking de Shánghai, aupando al ficticio centro árabe. La Región ha tratado de contactar con Mirian Pateiro y Rubén Domínguez, los dos científicos del Centro Tecnolóxico da Carne cuya primera afiliación a una universidad es la de la Rey Saúd de Riad, mientras el Centro Tecnolóxico da Carne, donde desarrollan investigaciones pioneras en carne y productos cárnicos, figura como la segunda institución a la que pertenecen. Ninguno ofrece su versión, pero sí responde la Consellería de Medio Rural, de la que depende el Centro Tecnolóxico da Carne. En primer lugar, la Xunta aclara que ambos son “traballadores temporais con cargo a proxectos de investigación”. A continuación, Medio Rural asegura que Pateiro y Domínguez “nestes momentos, non están afiliados a ningunha universidade saudí, nin o estiveron xa que non formalizaron ningún tipo de contrato coa King Abdulaziz University, Saudi Arabia (KAU)”. Medio Rural asegura que los científicos afectados solicitaron su baja de la lista de Highly Cited Researchers que elabora la empresa Clarivate, donde figuran como afiliados a la institución saudí con la que niegan cualquier tipo de contrato. La Xunta sí aclara un periodo intermedio en el que no estuvieron contratados en el Centro Tecnolóxico da Carne, una relación mercantil con una institución de Murcia “que pertence ao ámbito privado de ambos”. Pagos de 70.000 euros Para expertos en este tipo de ránkings consultados por este periódico, la posibilidad de que sea un “error” figurar en la lista Clarivate es remota. Además, varios científicos españoles han admitido su afiliación a la universidad árabe, con pagos de hasta 70.000 euros por un mero trámite que, para la avaricia de los saudíes, es un gran peldaño en el listado de mejores universidades del mundo que obsesiona a las instituciones. “Se llama corrupción, estas instituciones están dopadas” Domingo Docampo, exrector de la UVigo, es uno de los grandes expertos en los entresijos del ránking de Shanghái. Recuerda que a partir de 2014 la “tentación” de las universidades saudíes fue a más: Shanghái premiaba con los mejores puestos a los centros con más investigadores altamente citados que figurasen como afiliados a sus instituciones en primer lugar. “El número de individuos asociados a Arabia Saudí empezo a ser enorme. Shanghái decide que solo contará la primera afiliación, entonces van a por la mayor”, explica. Como metáfora, cita que “Arabia Saudí fichó a Cristiano Ronaldo por un pastón, pero está allí y juega partidos todos los fines de semana. Pero en las universidades hacen esta práctica con profesores a los que compran la primera afiliación, lo cual es terrible. Se llama corrupción en toda regla, estas instituciones están dopadas porque están comprando algo que no poseen”. Por otro lado, sobre la posibilidad de que los científicos se incluyan por error en el listado, Docampo explica que la empresa que elabora la lista Clarivate envía de manera confidencial en septiembre un correo electrónico a los investigadores altamente citados. En él le indican la última referencia que poseen de su currículo en cuanto a la universidad a la que están afiliados. Si existe algún error -como estar asociado a una universidad saudí cuando en realidad se desempeña el trabajo en Galicia- los científicos suelen tener un plazo de un mes y medio para enmendar la situación. “El investigador es el único que puede confirmar su situación, nadie más”, subraya. Docampo reivindica el trabajo de los científicos porque “que salgan unos cuantos ejemplos de malas prácticas no tiene que entorpecer el dibujo general”.