Director general del grupo Káleidom

José Antonio Toribio: ‘Las empresas se están dando cuenta de que tienen que vincular su valor a la cultura’

José Antonio Toribio, en su visita a Ourense.
El empresario José Antonio Toribio fue el padrino de la promoción de universitarios de la Facultad de Ciencias Empresariais e Turismo que se graduó ayer. Toribio es director general del grupo Káleidom, surgido en 2006 y que aglutina ya a 11 empresas y 300 trabajadores. Trabajo duro o constancia fueron algunas de las recomendaciones que realizó a los estudiantes, pero la más importante, a su juicio, es ‘ser buena persona’.
En 2006, José Antonio Toribio puso en marcha la primera agencia de conferenciantes de España, Káleidom Speaker Bureau. Desde entonces, ha impulsado un grupo empresarial que integran actualmente 11 empresas que, junto a la agencia, tiene como otro pilar a la compañía de aviación ejecutiva Skygazelle.

Ha puesto en marcha originales proyectos empresariales. ¿Cómo surgió la idea?

Yo trabajaba como comandante de vuelo en una de las compañías más importantes de España, pero soy una persona bastante inquieta, siempre tuve inquietud por los negocios. Me di cuenta que volar en un avión en una línea aérea era un funcionariado puro, ahí se acabó un poco mi sueño. Y contra la idea de mis padres y conocidos, con el puesto que tenía entonces, decidí traer a España algo que en Estados Unidos ya tenía un siglo de existencia, las agencias de conferenciantes. Empezamos tímidamente, con actos en los que se llamaba a conferenciantes, pero las empresas se están dando cuenta de que tienen que vincular su valor a la cultura. Nuestro activo principal es tener a gente de primer orden en sus respectivos campos -escritores, periodistas, premios Nobel.

¿Y cómo derivó hacia la aviación?

Por mi profesión como piloto, me gustaba volar para disfrutar y me di cuenta de que no podía dejar una carrera que me había costado mucho sacar adelante. Káleidom Speaker Bureau comenzó a dar beneficios y los reinvertimos. Skygazelle es una empresa dirigida a aviación ejecutiva, a todo el que necesite un servicio de aerotaxi. A pesar de la crisis, curiosamente, crece el número de personas con poder adquisitivo ‘relativo’ que alquilan nuestros jets porque quieren darse un capricho y acercarse a Milán o Washington...

¿Cuál es el perfil de los clientes?

Aquí no teníamos capacidades para competir con los grandes de Europa. Nos fuimos haciendo con una flota de aparatos, a día son 17, con los que vamos dando el servicio. Para los tiempos que corren, estamos creciendo exponencialmente. Antes se pensaba que los jets eran para gente como el desaparecido Michael Jackson. Pero si yo sé que el presidente de Telefónica tiene un jet que usa solo él, mientras el director comercial o el de Latinoamérica viajan tanto o más y no utilizan ese avión. Ése es nuestro target: ejecutivos o mandos intermedios de grandes empresas.

¿Existen facilidades para poner en marcha nuevas empresas?

En este país -me da igual el Gobierno que sea-, las ayudas a las empresas son nimias, por no decir inexistentes. Quien pretenda crear una empresa con fondos propios esperando subvenciones futuras, está muerto. Yo lo hice a base de reinvertir beneficios de la empresa que ya tenía. Además, participamos en una corporación con el 51% del capital y otro 49% de un grupo británico que actuamos como sociedad de capital riesgo. Su función es apoyar a empresarios que han ido a grandes bancos y les han echado atrás el proyecto. Nosotros lo estudiamos y, si lo vemos viable, le ofrecemos financiación a cambio de un tanto por ciento del accionariado. Nos implicamos completamente en el proyecto. No hemos inventado nada nuevo, pero sí hemos unido ambas cosas y funcionan.

¿Dónde está la clave para que un grupo empresarial crezca tan pronto?

Aún me lo estoy preguntando. Pero me acuesto a las cuatro de la mañana y a las siete estoy en pie; lo llevo haciendo tres años y medio. Tengo constancia en determinadas cuestiones y las llevo al extremo. Y otro valor importantísimo es rodearse de capital humano que roce la excelencia, tener un equipo humano en el que delegar.

¿Las crisis son buen momento para poner en marcha nuevos negocios?

Hay un proverbio chino que dice que donde los débiles de espíritu ven problemas, otros ven oportunidades. Aunque bajando a nivel de calle, no es buen momento para crear una empresa, porque la gente está retraída. Pero siempre he dicho que sigue existiendo la misma cantidad de dinero que antes de la crisis, aunque de otra forma (antes invertido, ahora guardado). Ayer se anunciaba una inyección de 90.000 millones de euros para la banca, que van a usar como quieran. Ya se hizo una primera inyección que usaron para recapitarlizarse, no han invertido en empresas y en la gente. En mi opinión, quien gestionase ese fondo debería ser el ICO.

¿La universidad está formando los profesionales que necesita la empresa?

Nosotros tenemos convenios de colaboración universitaria y nos damos cuenta de que los alumnos no salen preparados para trabajar. No es lógico que, tras cinco años de estudio, ten gan formación teórica muy buena pero en la práctica no sepan hacer nada. Pero las empresas tampoco ayudamos mucho a formarlos. Hace falta una remodelación absoluta.

Muchos jóvenes ourensanos optan por irse a trabajar fuera. ¿Hay posibilidades de crecer en lugares pequeños o es necesario marcharse?

Indudablemente, algo falla. Galicia, en mi opinión, tiene un potencial extraordinario, pero necesita vertebrarse más con el resto del Estado. Los gallegos han sido emigrantes por naturaleza y allá donde han ido tienen fama de gente noble y trabajadora, por eso no entiendo el porqué de este aislamiento de sucesivos gobiernos, teniendo en cuenta su potencial bárbaro. ¿Qué consejo ofrece a los jóvenes que terminan ahora su carrera? El más importante: que para ser un gran empresario o gran trabajador, hay que ser primero una gran persona. Da igual si montan una empresa o si se hacen funcionarios: si no son buenas personas, acabarán dándose el batacazo tarde o temprano.

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