El sindicato ANPE organiza la cuarta edición de las Jornadas sobre convivencia escolar, que tendrán lugar esta mañana en el Teatro Principal de Ourense.
El sindicato ANPE (de profesores de centros públicos) organiza hoy, por cuarto año consecutivo, el Homenaje al Docente, en el que la convivencia escolar es el tema central de la jornada.
¿Cuál es el objetivo de estas jornadas sobre convivencia escolar?
El objetivo fundamental es el de todos los años: hablar de convivencia para ponerle remedio a la situación de preocupación que reconocen los profesores por la situación en las aulas. Vamos ya por la cuarta edición y seguimos con la intención de formar y centrar la atención en la problemática de los centros. Hay matriculados más de 300 profesores de toda la provincia.
Pretenden ser, además, un homenaje al docente.
Lo hacemos coincidiendo con el Día Internacional del Maestro, el sábado más próximo a esta celebración. Pretende ser un homenaje y una llamada de atención a la sociedad sobre la importancia de la educación y de que el profesor sea reconocido, así como su autoridad, no en el sentido de autoritarismo sino en el del ejercicio digno de su profesión. Rendimos un homenaje a los profesores que se jubilan y damos la bienvenida a los que se incorporan, los que acaban de aprobar la oposición.
¿Se ha perdido el respeto a la autoridad del profesor?
Sin lugar a dudas. El ponente -Emilio Calatayud, juez de Menores de Granada- lo achaca a un complejo de una joven democracia, al haber pasado de un exceso de autoritarismo al efecto contrario y entre un punto y otro hay un término medio que sería el ideal. De todas formas, no es un problema sólo de profesores, nosotros lo detecta mos en las aulas y lo transmitimos a la sociedad, pero sobre todo, a los padres. El fiscal de Menores de Ourense alertaba recientemente de esa situación con respecto a los padres. Los problemas de convivencia en chicos de entre 12 y 14 años en los centros se trasladan después a los propios hogares.
¿El ejemplo de los padres es uno de los problemas?
No, eso sería simplificar mucho. La única forma de educar es hacerlo con el ejemplo, así se transmite que lo que dices es verdad. Si hay el ejemplo en clase y en casa pero en el mundo lo que observan es que lo que vale es la guerra preventiva, el dar yo primero antes de que me den a mí; si ven que los científicos y grandes pensadores no están considerados por la sociedad pueden pensar, ¿para qué quiero yo estudiar? Es difícil transmitir valores sin aplicarlos.
¿Qué radiografía haría usted de la situación actual de las aulas en la provincia?
La situación, sin alarmismos, es preocupante. Dejemoslo así.
¿En qué sentido?
En el sentido de que se necesitan recursos para atajar los problemas. Hay una gravísima carencia en el terreno de la formación en las instituciones públicas, desde el Ayuntamiento hasta el Ministerio de Educación. Si ejercer ese poder significa únicamente dar libros gratis, que está muy bien, no estaremos cumpliendo nuestra función; se hará una función social pero no se está haciendo educación. Hay que dedicarle recursos y medios a la formación y, en este campo, queda mucho por hacer.
¿Qué destacaría usted de los proyectos que tiene en marcha el sindicato?
Estamos trabajando en el próximo congreso y queremos hacer, desde un punto de vista más científico, un nuevo estudio sobre la situación en las aulas de la provincia que posiblemente estará finalizado a finales del curso que viene. Lo que queremos es llamar la atención sobre esta cuestión, hacer un llamamiento para que trabajemos juntos padres, profesores y alumnos.
¿Cuál es el objetivo de estas jornadas sobre convivencia escolar?
El objetivo fundamental es el de todos los años: hablar de convivencia para ponerle remedio a la situación de preocupación que reconocen los profesores por la situación en las aulas. Vamos ya por la cuarta edición y seguimos con la intención de formar y centrar la atención en la problemática de los centros. Hay matriculados más de 300 profesores de toda la provincia.
Pretenden ser, además, un homenaje al docente.
Lo hacemos coincidiendo con el Día Internacional del Maestro, el sábado más próximo a esta celebración. Pretende ser un homenaje y una llamada de atención a la sociedad sobre la importancia de la educación y de que el profesor sea reconocido, así como su autoridad, no en el sentido de autoritarismo sino en el del ejercicio digno de su profesión. Rendimos un homenaje a los profesores que se jubilan y damos la bienvenida a los que se incorporan, los que acaban de aprobar la oposición.
¿Se ha perdido el respeto a la autoridad del profesor?
Sin lugar a dudas. El ponente -Emilio Calatayud, juez de Menores de Granada- lo achaca a un complejo de una joven democracia, al haber pasado de un exceso de autoritarismo al efecto contrario y entre un punto y otro hay un término medio que sería el ideal. De todas formas, no es un problema sólo de profesores, nosotros lo detecta mos en las aulas y lo transmitimos a la sociedad, pero sobre todo, a los padres. El fiscal de Menores de Ourense alertaba recientemente de esa situación con respecto a los padres. Los problemas de convivencia en chicos de entre 12 y 14 años en los centros se trasladan después a los propios hogares.
¿El ejemplo de los padres es uno de los problemas?
No, eso sería simplificar mucho. La única forma de educar es hacerlo con el ejemplo, así se transmite que lo que dices es verdad. Si hay el ejemplo en clase y en casa pero en el mundo lo que observan es que lo que vale es la guerra preventiva, el dar yo primero antes de que me den a mí; si ven que los científicos y grandes pensadores no están considerados por la sociedad pueden pensar, ¿para qué quiero yo estudiar? Es difícil transmitir valores sin aplicarlos.
¿Qué radiografía haría usted de la situación actual de las aulas en la provincia?
La situación, sin alarmismos, es preocupante. Dejemoslo así.
¿En qué sentido?
En el sentido de que se necesitan recursos para atajar los problemas. Hay una gravísima carencia en el terreno de la formación en las instituciones públicas, desde el Ayuntamiento hasta el Ministerio de Educación. Si ejercer ese poder significa únicamente dar libros gratis, que está muy bien, no estaremos cumpliendo nuestra función; se hará una función social pero no se está haciendo educación. Hay que dedicarle recursos y medios a la formación y, en este campo, queda mucho por hacer.
¿Qué destacaría usted de los proyectos que tiene en marcha el sindicato?
Estamos trabajando en el próximo congreso y queremos hacer, desde un punto de vista más científico, un nuevo estudio sobre la situación en las aulas de la provincia que posiblemente estará finalizado a finales del curso que viene. Lo que queremos es llamar la atención sobre esta cuestión, hacer un llamamiento para que trabajemos juntos padres, profesores y alumnos.
