La madre de Nerea Añel explicó en la segunda sesión del juicio que el acusado le dijo por teléfono, cuando estaba denunciando su desaparición a la Policía, “estate tranquila, que Nerea está en la cárcel”, asegurándole que había visto como se la llevaba la Guardia Civil
La madre de Nerea Añel, Belén Vázquez, aseguró ayer en la segunda jornada del juicio sobre la muerte de su hija, que se celebra en la Audiencia Provincial, que, ante la preocupación por la desaparición de su hija, el acusado, Julio G. S., le juró que estaba en prisión. Vázquez confesó que intentó suicidarse a causa de los hechos.
Visiblemente emocionada, la madre de Nerea Añel explicó que la última vez que vio a su hija fue la noche de Reyes y que ese día le presentó a su novio, Julio G. S. Aunque madre e hija podían estar hasta quince días sin verse, siempre mantenían el contacto vía telefónica. Ante la falta de información sobre Nerea, Vázquez se pone en contacto el 17 de enero de 2020, dos días después de los hechos, con un amigo de su hija, que le dice que lleva “dos o tres días sin verla”.
Pocos días después, Vázquez logra, según indicó, contactar con otra de las amistades de su hija, que le transmite que Julio G. S. le había dicho que Nerea Añel se encontraba en la cárcel y que vio cómo la Guardia Civil se la llevaba. Tras recibir dicha información, comprueba mediante un contacto de la policía que Nerea Añel no estaba en ninguna cárcel.
A finales de enero, cuando se encontraba de viaje en Italia, recibió la llamada del amigo de su hija con el que había contactado el 17 de ese mes. Este le indica que continúa sin aparecer y ahí es cuando Vázquez, según manifestó, se empieza a preocupar seriamente.
Como consecuencia, acude el 5 de febrero a comisaría a denunciar la desaparición de su hija. Una vez allí, recibe la llamada de un amigo de la víctima que le pasa con Julio G. S. “Te juro que Nerea está en la cárcel, vi como se la llevaba la Guardia Civil”, contó Vázquez que le dijo el acusado.
La llamada, que estaba en altavoz, fue escuchada por la Policía, que comprueba en ese momento que Nerea Añel no está en ninguna prisión de España ni tiene antecedentes penales y, a partir de ahí, comienza la búsqueda, según explicó la madre. El cuerpo fue encontrado siete meses después, en septiembre de 2020.
Asimismo, la madre explicó que, a causa de los hechos, intentó suicidarse tomando “muchas pastillas”, que a día de hoy sigue en tratamiento y que ha sido incapacitada.
Empleadas del motel
El acusado, Julio G. S., afirmó el primer día que tanto él como Nerea habían huido del motel por la N-540 y que nunca había visto el camino de tierra en el que sucedieron los hechos. La encargada y una empleada del establecimiento, que se encontraban presentes en el momento en que la pareja se dio a la fuga, contradijeron la versión y aseguraron que sí se marcharon por el camino.
“No cruzaron la carretera, empezaron a correr por el camino, sin ninguna duda”, afirmó la encargada. Por su parte, la empleada señaló que vio perfectamente cómo salieron corriendo al monte.
En esta misma línea, el taxista que estaba presente en ese momento también indicó que Julio y Nerea Añel salieron huyendo hacia la zona del camino.
“Él la agredió, vi cómo le daba un cabezazo”, indicó un testigo
Varios de los testigos, que conocían a la pareja, indicaron en la segunda sesión del juicio que el acusado agredía a Nerea Añel. “Vi cómo Julio le pegaba a Nerea, le dio un cabezazo”, aseguró uno de los declarantes. En la misma línea, se manifestó otro de los testigos, que afirmó también haber visto esa agresión. Asimismo, uno de los amigos de Nerea indicó que una vez la vio con el ojo morado y, cuando le preguntó qué había pasado, ella le dijo que Julio le había pegado. En este sentido, otro de los declarantes manifestó haber visto cómo el acusado le pegaba un bofetón a ella, aunque indicó que se pegaban mutuamente.
“Me pidió que ayudase a Nerea y mientras fue al coche a robarme la cartera”
El taxista al que el acusado le robó la cartera aseguró ayer que fue a buscar a la pareja al motel y “cuando llegué allí Julio me pidió que ayudase a Nerea con las bolsas mientras él iba a recepción, pero fue al coche a robarme la cartera”. El conductor, que no se dio cuenta en el momento, los trasladó hasta un supermercado y una vez allí le dijeron que esperase, pero no volvieron. “Me habían dejado 20 euros y cuando los fui a guardar me di cuenta de que me habían robado la cartera”, indicó. Pese a que finalmente no denunció, sí avisó al motel de lo ocurrido.
