El procesado por matar en 2001 a la joven vianesa Montse dice que ésta se cayó al zafarse de ella tras un beso en el cuello

Manuel Mouriño: 'Oculté el cadáver ya que nadie creería que fue un accidente'

A Manuel Mouriño Faria (30 años) los apellidos le pesan demasiado. Tanto que llegan a condicionar su forma de actuar en un micromundo llamado Viana do Bolo (3.323 habitantes en 2010). Mouriño delata a un progenitor que maltrataba a su esposa cinco de los siete días de la semana, que bebía en exceso y que, según palabras del abogado de la defensa, era el bufón del pueblo.
Faria, por su parte, manifiesta a una madre que tuvo 'una vida irregular' -descripción del abogado- , con ocho hijos (siete con el señor Mouriño) y que acabaron casi todos en centros de menores por su incapacidad para sacarlos adelante en un ambiente normalizado.

Ser un miembro del clan de 'los Cuninos' -apodo con el que se conoce a la familia- condicionó su forma de proceder cuando, a tenor de la versión del inculpado, en la Semana Santa de 2001 mató accidentalmente a la joven de 21 años Montserrat Martínez al zafarse de ella cuando se le acercó por detrás para darle un beso en el cuello.

Los hechos ocurrieron en los jardines de Cabo da Vila sobre las 5,30 horas de la madrugada del 14 de abril después de una noche de cinco 'caciques con cola'. Él pretendía irse a casa pero la chica, según atestiguó ayer en la primera sesión del juicio con jurado que sigue contra él en la Audiencia por el crimen de la joven, insistió en que fueran a dar un paseo.'Nos sentamos en el banco, hubo unos besos y me levanté para orinar, noté un cosquilleo en el cuello, me giré y ya la vi en el suelo', relató . En ese momento, el pánico -añadió- se adueñó de él. 'Esperé uno o dos minutos a ver si se despertaba, le puse la mano, no respiraba pero me puse tan nervioso que hasta se me quitó la borrachera'. Mouriño lejos de pedir ayuda hizo todo lo contrario, ocultó el cuerpo de Montserrat, en ese momento aún con vida, según certificó la autopsia, ocultándolo en un descampado próximo.

El procesado, quien ayer se mostró colaborador y educado en los interrogatorios, relató ante la sala que pensó en pedir ayuda en el pueblo pero 'Los Cuninos', en Viana, somos lo peor y nadie iba a creer que fue un accidente'. Después, tras ocultar el cadáver, se fue a casa a dormir. Su hermano Daniel le abrió la puerta y apreció, sin entrar al detalle, que 'venía bien, normal'.


CONTRADICCIÓN

En la sesión de ayer quedó patente una contradicción. El acusado, quien se enfrenta a una petición de hasta 20 años de cárcel por asesinato, asegura que en Cabo da Vila también estaba Fernando B. con un chica, pero este último, que declaró como testigo a través de viodeoconferencia, lo negó. 'Esa es la mentira más grande que he oído en mi vida, yo creo que miente para quitarse años', aseveró. Precisamente, el hecho de que Mouriño lo situase en ese escenario le costó una imputación por encubrimiento que finalmente fue archivada.

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